A inicios de junio de este año, se reportó la agresión a Juan Pablo, un estudiante otomí de 14 años, quien sufrió lesiones por parte de sus compañeros por ser indígena. Este caso hizo evidente la discriminación de personas provenientes de pueblos originarios en México.
De acuerdo con las investigaciones de lo ocurrido, Juan Pablo ya tenía antecedentes de haber sido víctima de bullying de sus compañeros e incluso de una profesora. Las agresiones iban desde insultos verbales como apodos que lo ridiculizaban y hasta groserías por no hablar fluidamente el español y ser otomí.
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¿Qué le pasó a Juan Pablo?
Juan Pablo llegó el 6 de junio pasado a la telesecundaria ‘Josefa Vergara’ en donde estudia, ubicada en Querétaro. En un descuido, dos de sus compañeros colocaron alcohol en su asiento escolar y cuando tomó asiento, el joven sintió el pantalón mojado, por lo que se levantó y uno de los alumnos aprovechó el momento para prenderle fuego, dejándole como consecuencia quemaduras de segundo y tercer grado.
Las autoridades de la telesecundaria no llamaron al 911 por la emergencia, le untaron pomada y cebolla para sanar sus heridas y al ver la gravedad de las heridas, lo llevaron a una clínica.
Cabe mencionar que las autoridades de la institución no informaron a la familia de lo que ocurría y tampoco se generó un reporte a las autoridades educativas. Las hermanas de Juan, que son alumnas del mismo plantel, tampoco se enteraron.
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Tras ser agredido por sus compañeros de clase, el estudiante fue trasladado al Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer de Querétaro y el lunes pasado fue dado de alta, cumpliendo casi un mes internado.
Se efectuó la suspensión de la maestra y la directora del plantel no recibió ningún tipo de sanción, ya que cuando sucedió la agresión se encontraba de vacaciones. Los dos menores enfrentan un proceso judicial en libertad por ser menores de 13 años.
Reacción de AMLO y el INPI
Luego de que se anunciara el inicio del proceso judicial de dos jóvenes por las agresiones que vivió Juan Pablo, por parte de la fiscalía local, el presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó durante una conferencia matutina que se atenderá el caso de manera puntual.
Asimismo, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) señaló que es imprescindible “sancionar a los responsables, menores y adultos, involucrados en los actos de discriminación, acoso y agresión recurrentes contra el menor”.
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Juan Pablo y su familia son de un pueblo originario del que se estima hay unas 350 mil personas en México, “la implementación de medidas en las escuelas públicas y privadas del país en temas de derechos humanos es fundamental para evitar que se sigan presentando casos de discriminación y racismo contra las niñas, niños y adolescentes indígenas”, resaltaba el comunicado de la dependencia.
Discriminación sistémica en México
Con datos de una encuesta publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2018, existen denuncias por parte del sector indígena del 40.33%, reportando haber sido discriminada. Casi el 50% de los indígenas en México piensa que sus derechos humanos no se respetan o son ignorados.
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En México, existen cerca de 126 millones de habitantes, de los cuales 7 millones 300 mil personas hablan alguna lengua indígena. Los actos de discriminación son comunes, como en marzo pasado, cuando una mujer de origen otomí denunció que el personal de un restaurante de la colonia Roma, en donde se encontraba comiendo, le impidió el acceso al baño con el pretexto de ser solo para clientes.
El INEGI señala que tres de cada 10 personas estuvieron de acuerdo con la frase: “la pobreza de las personas indígenas se debe a su cultura”. Por lo que se refleja el prejuicio de los mexicanos contra la población indígena y el lugar que ellos toman en la sociedad.
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Un estudio de la organización Oxfam México, apunta que hablar una lengua indígena, identificarse en una comunidad indígena, negra o mulata o tener el tono de piel más oscuro, reduce la posibilidad de tener un desarrollo libre y alto dentro del sector educativo y laboral en el país.
Cabe mencionar que existe una ley para prevenir la discriminación en México e instituciones que se encargan de recibir y canalizar a las autoridades las denuncias. En la Ciudad de México hay negocios que advierten que en sus instalaciones no se discrimina por ningún tipo de condición, género, raza o creencia, sin embargo, la discriminación sistémica es una realidad en el país.
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