Hace 30 años entraba en vigor el tratado de libre comercio que más le ha redituado y permitido a México crecer y desarrollarse económicamente.
Con un equipo de negociación, y un gabinete económico, reconocidos por muchos como el mejor grupo técnico en economía a nivel mundial, el gobierno del Presidente Carlos Salinas, iniciaba, tras exhaustivas jornadas en búsqueda de reducir la deuda externa, las pláticas para hablar de abrir el mercado de México a nuestros vecinos del norte.
Por la coyuntura de la caída del muro de Berlín, la inminente disolución de la Unión Soviética, entre otros, a México le apremiaba formar parte de un bloque comercial o podría verse sesgado y marginado de expandirse y desarrollarse comercial y económicamente.
A pesar del afán de Estados Unidos de revisar (renegociar) este tratado cada año, el entonces Presidente de México, con su astucia y habilidad política, logró que esto se hiciera cada cinco. Hoy en día se hace cada seis.
Le tocará a la administración de la Doctora Sheinbaum esta ‘revisión’ en el 2026. Si bien desde el actual gobierno estadounidense (demócrata) anuncian ya una complejidad e incomodidad para este próximo ejercicio, el panorama se ve más complejo todavía con la virtual llegada de Donald Trump a la presidencia.
Por los perfiles tanto de Trump como de su posible Vicepresidente, la migración será seguramente un tema que se suba a la mesa de negociación, junto a la seguridad y narcóticos, los cuales serán temas muy rijosos y de fricción.
Aunado a esto, se debe considerar también que hoy en día, Estados Unidos, a pesar de poder mostrar rudeza y control de la situación, necesita de México para poder llevar a cabo muchos de sus procesos de producción, más con estas fricciones comerciales con China.
Veremos si el gabinete económico y equipo de negociación que enfrenten este arduo esfuerzo en un par de años está a la altura de las circunstancias y logra mejores resultados que en la última ocasión.