Hace 7 años, Laura tenía 8 y le pidió a su mamá que la llevara a clases de natación.
Estuvo 8 meses asistiendo a la alberca y un día le dijo a sus papás que le gustaría ser gimnasta.
Con relativa facilidad incursionó en los ejercicios en aparatos e incluso compitió representando a su academia.
A los 11 fue seducida por el fútbol femenil, tenía el fondo físico y elasticidad de la gimnasia y en dos años fue seleccionada de su escuela y su estado, su disciplina para entrenar y su aplicación en la cancha dieron como resultado una estupenda defensa central.
A la par del fútbol que sigue jugando en la secundaria, Laura encontró en el básquetbol al complemento ideal para hacer nuevos amigos y convivir después de clases.
Hoy Laura está ante el dilema de representar a su escuela en donde tiene una beca deportiva en fútbol o en el Básquet donde fue detectada por un entrenador, en ambos deportes es altamente competitiva.
A propósito de todo lo que rodea a los Juegos Olímpicos, creo que una buena reflexión es que tu hija, mi sobrina, la hija de tu amigo, la vecina, todas las niñas y jóvenes de este país practiquen un deporte.
Jugar, entrenar, competir, sonreír, disfrutar, deben ser asignaturas diarias en la vida de todas y todos.
Que Laura se desarrolle en un entorno deportivo será lo mejor para su formación en todos los ámbitos de la vida.