Hace unas cuantas semanas quedó formalmente integrada la Red Estatal de Paz del Estado de Querétaro, la cual tiene por objeto impulsar en el ámbito local la Agenda Nacional por la Paz, constituyéndose como una iniciativa plural que busca unir los esfuerzos de personar, organizaciones e instituciones para la construcción de la paz y la disminución de la violencia en nuestro estado.
Esta Red también busca impulsarán una nueva y disruptiva praxis de trabajo social inspirada en “La Geopolítica de la Esperanza”.
Geo, considerando un espacio territorial determinado, donde la categoría y la experiencia del territorio define todos los ámbitos de la vida, por lo cual se precisa de una presencia territorial; Política, considerada como la Polis, la ciudad, por ende, de trabajo de cuidado de la ciudad, de la comunidad donde vivimos.
A partir de estas definiciones de un espacio territorial en concreto, con un quehacer perfectamente definido, la geopolítica de la esperanza se presenta como una alternativa a los enfoques tradicionales que han buscado conseguir la paz.
En un contexto donde la violencia generada por el crimen organizado, la crisis climática, las desigualdades sociales y económicas, las violaciones a los derechos humanos, hacen que la necesidad de una geopolítica centrada en la esperanza y la paz se vuelva un imperativo. Este enfoque tiene como objetivo construir un orden social basado en la cooperación, la confianza y la dignidad humana, superando la lógica de la imposición y el conflicto.
Uno de los elementos centrales de la Red Estatal de Paz, es trabajar por el cambio del actual paradigma social, por uno nuevo que permita que la esperanza no sea una ilusión utópica, sino una estrategia política fundamentada en la creencia de que la cooperación y el entendimiento son posibles para la construcción de una sociedad que vive en paz.
Para lograrlo, la geopolítica de la esperanza se basa en principios fundamentales como:
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- La promoción de la justicia social y económica, que busca reducir las disparidades existentes en nuestra sociedad, que a menudo son causas subyacentes de conflictos.
- El fortalecimiento de las instituciones que fomentan el diálogo y la cooperación. Estas instituciones pueden actuar como mediadores, promoviendo acuerdos y soluciones pacíficas que involucren a autoridades gubernamentales.
- La practica de la “Cultura del Encuentro” impulsada por el Papa Francisco, que subraya la importancia del dialogo entre personas, culturas y religiones, como una condición para reducir las tensiones y permite el establecimiento de acuerdos de entendimiento.
Adoptar esta perspectiva no es solo un ideal, sino una respuesta estratégica a los retos de México en la actualidad bajo un enfoque viable y necesario.
Agradezco sus comentarios en mi cuenta de X @EUribarren