En el México de los años 80, si usted quería hacer tortillas y venderlas requería el permiso del gobierno para hacerlo. No me refiero a la licencia de funcionamiento o al Vo. Bo. de Protección Civil: me refiero a un permiso expreso de la autoridad para producir y vender tortillas. Permiso que no dependía sólo del gobierno, sino que también requería de la aprobación del gremio tortillero, esto es, de aquellos a los que usted y sus tortillas les representaban una indeseable competencia. Como puede usted imaginar, esos permisos para producir y vender tortillas eran muy escasos, caros y jurídicamente inciertos. El resultado: tortillas escasas, de baja calidad y caras, en todo el país.
El bienestar, el de verdad, se construye a partir del intercambio de valor entre individuos, y ese sucede en cada acto comercial o laboral que realizamos como, por ejemplo, producir y vender tortillas. Si usted es contratado por alguien para realizar una labor a cambio de un pago, están intercambiando valor; si usted compra un bien, entrega a cambio de él una determinada cantidad de dinero; si usted requiere un servicio en su casa, le paga a alguien más para realizarlo.
En ese intercambio, usted pone a disposición de otros aquello que posee de valor, y los demás hacen lo mismo con usted; y después de saciar sus respectivas dudas, y de acordar los términos, llegan al intercambio en el que cada uno sale beneficiado, recibiendo lo que necesita a cambio de entregar lo que tiene.
Eso que usted tiene (su talento, su experiencia, su capacidad de realizar un esfuerzo físico) sólo es valioso si puede intercambiarlo: usted puede contar con el más útil conocimiento sobre un tema, o ser capaz de realizar una actividad física considerable, pero si no puede intercambiar esas cosas por aquellas que usted necesita, no tienen valor real.
Así pues, la libertad de intercambiar valor es la primera condición para progresar y construir bienestar. Sin esa libertad, no importa cuánto talento, conocimiento o voluntad tenga una persona o una sociedad para prosperar: no lo conseguirá.
Hoy, en México, se acumulan ya casi siete años de un mal gobierno federal que ha dedicado sus recursos a poner obstáculos al intercambio de valor: desde la cancelación del NAICM hasta la amenaza de aranceles a los productos estadunidenses, el régimen de #morena busca entorpecer, limitar y en última instancia cancelar, nuestra libertad de intercambiar lo que tenemos de valor, dentro y fuera del país. Y lo está logrando.
En casi siete años, los mexicanos hemos perdido buena parte de las condiciones que nos permiten asociarnos para intercambiar lo que sabemos y podemos hacer, por lo que necesitamos y otros pueden proveernos. Revise usted las limitaciones que nos ha impuesto el gobiernito federal, y vea que todas impactan en nuestra capacidad para generar riqueza y obtener bienestar.
Hoy ya tenemos mayores costos para importar ropa y otros bienes a través de internet; ya escasea el empleo como chofer de plataforma, por las nuevas leyes restrictivas que rigen a esas empresas; y cada semana nos sorprenden cobros indebidos en servicios telefónicos, porque el árbitro que los vigilaba está moribundo. Todavía no llegamos a la prohibición para hacer y vender tortillas, pero es sólo cuestión de tiempo: si no reaccionamos, va a suceder.
CAMPANILLEO
Usted vale por los intercambios que puede plantear y realizar; si alguien le prohíbe realizarlos, usted vale muy poco.
