Se entrevistaron a varios especialistas en el tema, quienes comparten las mismas opiniones con la falta de plazas oficiales y recursos asignados, lo cual ha dificultado su crecimiento. Y ciertas Instituciones como el INDEREQ, donde las decisiones administrativas han impactado negativamente los proyectos destinados a los atletas.
A pesar del crecimiento del deporte en la entidad queretana, impulsado en gran medida por entrenadores, atletas y sociedades deportivas, aún es vista por muchos como un lujo y no como una necesidad. Esta idea ha limitado el acceso de numerosos atletas a un acompañamiento mental que puede mejorar su desempeño y bienestar. Además, la falta de un mayor reconocimiento oficial en el ámbito estatal ha provocado que a los psicólogos deportivos se les deje en un segundo plano.
Su trabajo no solo se enfoca en la competencia, sino en la formación integral de los deportistas. “No corregimos la técnica, pero ayudamos a que la asimilen más rápido”, menciona la especialista en este rubro, Diana Garfias, mencionando que dicha labor es promover y capacitar, no juzgar. Desde los más pequeños hasta los atletas de élite, el enfoque cambia según la etapa en la que se encuentren.
En los deportistas más jóvenes, la prioridad es fomentar el disfrute del deporte para evitar un desgaste prematuro que pueda frenar su carrera. En los de mayor edad, trabajan con la identidad y la resistencia mental, ayudándolos a definir sus objetivos más allá de los resultados en competencias.
La pandemia marcó un antes y un después en la percepción de la psicología deportiva. La incertidumbre, la falta de entrenamientos presenciales y la presión emocional provocaron un aumento en la ansiedad y la depresión entre los atletas. Provocando un cambio de mentalidad en entrenadores y deportistas, haciendo que la preparación mental se valore como una parte esencial del rendimiento.
A pesar de estos avances, el acceso a la psicología deportiva sigue siendo complicado. En el sector privado, su aplicación depende de la capacidad económica de cada atleta o familia. En el sector público, los recursos son limitados y la falta de plazas oficiales impide que se cubran sus necesidades.
El INDEREQ ha sido señalado por tener personal que no cubre el perfil que se requiere.
Además, el miedo a represalias ha llevado a muchos entrenadores y atletas a permanecer en silencio sobre las carencias del sistema deportivo estatal.
Otro aspecto a tener en cuenta de la psicología deportiva es su papel en la rehabilitación de lesiones.
Hoy, se tienen las herramientas para medir la ansiedad, el nivel de estrés y la estabilidad emocional de un atleta durante su rehabilitación, ayudando a un enfoque más preciso y efectivo.
Las distorsiones de la realidad también afectan en la percepción del deportista sobre su capacidad de recuperación.
El reto se presenta en cambiar la percepción del sector público y privado, para que la preparación mental sea vista como una inversión que puede prolongar la carrera de los atletas y favorecer su bienestar.