Querétaro

La narcocultura no es una causa, es un síntoma de la realidad que vive México

Las series, canciones y elementos de la cultura popular en México han tenido como tema principal el narcotráfico, en entrevista Gerardo Azoño, coordinador de la carrera en Sociología de la UAQ, explica cómo la narcocultura es un reflejo de la situación que vive el país.

Creyentes de Jesús Malverde festejaron al "Santo de los Narcos" en su 112 aniversario, esta vez sin su tradicional recorrido por la colonia Centro Sinaloa debido a la pandemia de Covid-19.
Creyentes de Jesús Malverde festejaron al "Santo de los Narcos" en su 112 aniversario, esta vez sin su tradicional recorrido por la colonia Centro Sinaloa debido a la pandemia de Covid-19. /Cortesía. (Juan Carlos Cruz)

En los últimos días, el concierto de los Alegres del Barranco causó polémica en todo México, la proyección de imágenes de los líderes de cárteles mexicanos en las pantallas durante su show en Jalisco, provocó que se les cancelarán sus permisos para visitar Estados Unidos por parte de la embajada y que también se le cancelara una presentación en el municipio de Pedro Escobedo y se anunciara en el estado de Querétaro no se permitirían presentaciones de artistas que hicieran apología del delito.

Esta controversia llevó a boca de todos el término narcocultura, que se le ha dado a las series, canciones, memes y publicaciones en redes sociales en torno al mundo del narcotráfico, los cuales se han vuelto parte del día a día de millones de personas en México. Para conocer a fondo esta situación, en Publimetro Querétaro entrevistamos a Gerardo Azoño Rodríguez, coordinador de la carrera de Sociología, de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).

El académico explicó que es preocupante la difusión de mensajes que idolatran a los delincuentes mexicanos, pero que las personas que escuchan estos corridos o ven series sobre este tema, tienen una perspectiva crítica sobre esas actividades, es decir, no por estar en contacto con estos productos, automáticamente se llevan a cabo prácticas similares y así lo demostró un experimento realizado por alumnos de la carrera en comunidades de Querétaro y Guanajuato.

“Cuando nuestros alumnos fueron a investigar el impacto de este género musical con jóvenes de secundaria en espacios rurales, encontraron que no hay una respuesta única, hay algunos chicos que legitiman prácticas y construyen un imaginario del narcotráfico en donde lo enaltecen y hay otros que lo escuchan y nada más. En este proyecto de nuestros alumnos, fue muy interesante cómo es que ellos dan cuenta de que las audiencias tienen agencia, las audiencias no son nada más entes receptores que todo lo que llega lo adoptan, sino que también tienen una perspectiva crítica de esa música, de esas series, de todos esos datos o informaciones que les están llegando”.

Es por ello, que para él, una medida óptima para evitar que estos discursos dañinos puedan ser idolatrados es la construcción de espacios en los que los jóvenes desarrollen una perspectiva crítica de lo que consumen, no medidas de prohibición en las que se cancelen presentaciones.

“A través de los años se ha demostrado que socializar la información y darle al sujeto la posibilidad de que identifique las causas y las consecuencias y pueda prevenirlo, desde una perspectiva de la administración pública es mucho más barato, siempre va a ser más barato prevenir que atender. Brindar la información a las audiencias y sí buscar regular, hay cosas que efectivamente creo que pueden entrar en el marco de una apología del delito, pero en otro sentido, las audiencias tienen que tener la decisión de si van o no van y de qué forma van a consumir estos contenidos”.

Explica que medidas como la cancelación de conciertos, no solucionan la problemática. Las personas no suelen ir a un concierto de un artista que no conocen, van a presentaciones de artistas que han escuchado antes, por lo que no se resuelven las causas de estos problemas.

“Tenemos un montón de música que enaltece el crimen organizado, pero enaltece el crimen organizado porque es reflejo de un país en donde el crimen organizado ha controlado muchos sectores de la población y entonces la música está dando cuenta de esos eventos sociales… El arte en general es un reflejo de lo que están viviendo las sociedades”.

Azoño Rodríguez explicó que como en el pasado se hizo con los videojuegos, cuando estos eran satanizados porque podrían generar afición por las armas y la violencia, se debe utilizar las Ciencias Sociales para demostrar que no hay una relación causal entre el crimen organizado y el consumo de corridos.

“Como en algún momento se enfrentaron los videojuegos y se demostró, desde las ciencias sociales, que no, que la violencia tiene otras fuentes, pero que los videojuegos no fueron la única fuente, pues así ya ahorita, el crimen organizado tiene otros factores, la música es un reflejo, pero no es una relación causal de una a otra, es un tema más complejo” concluyó.

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