Durante la segunda semana de abril, el estado de Querétaro reportó un caso confirmado de viruela símica, el primero registrado en la entidad en casi dos años, de acuerdo con información del Boletín Epidemiológico del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.
Según datos de la Secretaría de Salud federal, la persona contagiada se trata de un masculino. El último caso de dicha enfermedad en Querétaro se había registrado en la semana comprendida entre el 28 de mayo y el 3 de junio de 2023.
En ese año, de acuerdo con datos federales, el estado cerró con 4 contagios, de los cuales 3 correspondieron a hombres y una mujer. Sin embargo, la Secretaría de Salud estatal contabilizó 30 casos confirmados, de los cuales 25 se detectaron en el municipio de Querétaro, 3 en Corregidora, uno en San Juan del Río y uno en El Marqués.
Durante 2024, la entidad no registró casos de viruela símica, lo que significa que pasó un año y 10 meses para que la enfermedad volviera a tener presencia en tierras queretanas. De esta forma, Querétaro se suma a otras 10 entidades con casos de viruela símica en lo que va del 2025.
La Ciudad de México es la entidad que acumula más contagios con un total de 49, seguida de Jalisco con 13, Estado de México y Aguascalientes con 6, Oaxaca con 3, Nayarit y Quintana Roo con 2, y Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Chiapas con uno.
En total, México suma 84 casos de viruela símica en lo que va del 2025 —81 hombres y 3 mujeres—, cuando en el mismo periodo del año pasado, correspondiente a la semana 15, apenas acumulaba 7.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de la entidad, la enfermedad dura en promedio 21 días y entre sus síntomas se encuentran erupciones cutáneas o lesiones mucosas que pueden durar de 2 a 4 semanas, acompañadas de fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía e inflamación de los ganglios linfáticos.
Se transmite por contacto directo con las secreciones de una persona enferma por medio de mucosas o lesiones de la piel, gotitas respiratorias y objetos contaminados con los líquidos corporales. Su contagio se puede prevenir al evitar contacto físico directo con personas enfermas o que se sospecha pudieran tener la enfermedad.