Telefónica México concretó un acuerdo en 2019 con la empresa AT&T, en el que se acordó que en tres etapas se permitiría el aprovechamiento de su infraestructura 3G, 4G y cualquier tecnología de red futura a nivel nacional para cursar tráfico.
De esta forma, en este 2022, se realiza la última fase para realizar los trabajos necesarios de curso de tráfico de la red de Telefónica Movistar México en las mejores condiciones de calidad, en beneficio de los usuarios, lo que quiere decir que la empresa mexicana seguirá administrando el cerebro de la red y algunos elementos de esta.
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Con información del convenio firmado hace tres años, la migración en el tráfico celular será de manera compartida con el objetivo de eficientizar la disponibilidad en cobertura 4G-LTE y superiores; así como mejorar el manejo de la infraestructura.
La tercera y última fase de habilitación de dicha capacidad cubrirá las regiones 2, 7 y 8 y concluirá el próximo 30 de junio, con la disponibilidad de la capacidad en la red de AT&T en todo el país, alcanzando más de 230 mercados con cobertura LTE.
¿Qué significa este cambio?
Con este acuerdo, Movistar y AT&T estrechan su cooperación, pues la matriz de Telefónica continuará con sus despliegues de infraestructura y servicios.
Asimismo, seguirá controlando el tráfico directo de sus usuarios y dará seguimiento a los tratos con Telcel de roaming nacional, ya que eso sigue en firma y es un negocio paralelo al que está haciendo con AT&T.
Un dato importante sobre las alianzas es que existe la compartición de la infraestructura, pero no de los clientes de las diferentes compañías de telecomunicaciones.
El convenio suscrito con AT&T no es exclusivo, lo cual permite a Telefónica Movistar crear distintas alianzas con otros operadores para utilizar capacidad de sus redes de acceso que le permitan ampliar su cobertura.
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