En los últimos meses, las “licuachelas” han dominado en todos los lugares donde venden bebidas alcohólicas. Cientos de usuarios comparten, mediante distintas publicaciones, el vaso de licuadora donde ingieren cerveza u otra bebida.
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Los vendedores adornan la tapa con distintos alimentos: camarón, cacahuates, gomitas de dulce, papas, y muchos otros toppings. Este producto creó un mercado distinto al que solía ser la venta de alcohol.
No fue hasta este fin de semana, que se comenzó a difundir una variante de la “licuachela”, el “wachicoldrink”. Este invento originario de Tulancingo, Hilado, se popularizó por el envase en el que se vierte la bebida.
En un bote de un litro color amarillo u otros colores, los jóvenes disfrutan de su bebida cubierta, en su mayoría, con tamarindo y ajonjolí, misma que se vende en los ambientes de fiesta.
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Hasta el momento, Hidalgo es el único lugar donde se vende la irreverente “huachicochela”, o “wachicoldrink”, misma que ha causado el interés en los usuarios de internet.
Risas, disgustos y sorpresas, son algunas de las sensaciones que generó la llegada de este experimento mismo que ¿Le quitará el lugar a la famosa “licuachela”?
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