X, antes Twitter, es una de las aplicaciones más utilizadas en todo el mundo. Día con día, millones de personas acceden a esta red social para ver grabaciones o imágenes que serían censurados en otros sitios. Entre todos los posteos, en las últimas horas se comenzó a popularizar el clip que muestra cómo unos padres de familia, en Chiapas, amarraron, en un poste, a una presunta tesorera de primaria, quien robó 90 mil pesos.
En el video, que circulan en el portal de Elon Musk, se puede ver cómo Ana María ‘N’ aceptó hurtar el dinero de la institución y se comprometió, junto a su esposo, a pagar la cada centavo; sin embargo en otro clip la mujer aparece atada.
Algunos medios aseguraron que ataron a la mujer para “obligarla a pagar 90 mil pesos de los recursos destinados para realizar mejoras en el plantel que supuestamente robó”. Hasta el momento se desconoce qué fue de los acusados, mas muchos internautas aplaudieron las medidas tomadas por los papás, quienes no se dejaron estafar y encontraron, de una u otra manera, la manera de destinar los recursos a los lugares correctos?
Pero, ¿qué pasa si los padres hubieran linchado a la mujer?
Si se llegara a dar el linchamiento de la tesorera, acusada de robar 90 mil pesos, todo se convertiría en un hecho lamentable y grave que tiene múltiples consecuencias legales y sociales:
- Delito de homicidio o lesiones: Los involucrados en el linchamiento podrían ser acusados de homicidio, si la víctima fallece, o de lesiones, si la víctima resulta herida. La gravedad del delito dependerá de las lesiones causadas.
- Responsabilidad penal: Todos los participantes en el linchamiento, tanto quienes agredieron físicamente a la víctima como quienes incitaron o permitieron los hechos, pueden ser considerados responsables penalmente.
- Reparación del daño: Los responsables del linchamiento podrían ser obligados a pagar una reparación del daño a la víctima o a sus familiares, que incluiría los gastos médicos, funerarios y una indemnización por el daño moral.
- Impunidad: En muchos casos, los linchamientos quedan impunes debido a la falta de denuncias, la presión social o la complicidad de las autoridades. Esto fomenta la repetición de estos actos violentos.