En ocasiones pensamos que el amor tiene que durar mucho para ser real; que mientras más tiempo pasemos con alguien, más amor le tenemos y que las relaciones que más importan son las que duran para siempre; pero en realidad, esto no siempre es cierto.
De acuerdo con el último reporte de Year in SwipeTM de Tinder, una de las tendencias más marcadas en este 2025 son las nanorelaciones, ya que hay conexiones y amores que, aunque duren poco, nos marcan de formas inexplicables. Ivana de la Paz, experta en relaciones aseguró que “las nanorelaciones o amores fugaces, también son amores”.
El tiempo es subjetivo, el amor no se mide por las horas que pasamos con una persona, sino por la calidad del vínculo que creamos con ella. Hoy en día, las situashionships quedan atrás y los casi algo o los amores fugaces llegan a tener más impacto en nuestras vidas.
La emoción que se vive en estas relaciones surge de una mezcla en general que causa un reacción el cuerpo: las pupilas se dilatan, da taquicardia y en ocasiones tiemblan las piernas.
¿Por qué duele cuando estos momentos llegan a su final?
Es tan gratificante vivir estas nanorelaciones que a veces olvidamos que, aunque el vínculo sea fuerte e intenso, no todas las relaciones están hechas para durar toda la vida. Muchas veces, por todo lo que se siente, cuesta ver que algunas conexiones solo son un capítulo de la historia y no el libro completo.
Dejar ir a esa persona, ese amor fugaz, duele. No entendemos por qué, si solo fue poco tiempo breve, sentimos ese vacío en el corazón. Pero la verdad es que, aunque haya sido efímero, ese amor tuvo tanta intensidad que el corazón ya lo puso en un apartado especial en sus memorias.