La transmisión del Vaticano tras el fallecimiento del papa Francisco se convirtió en un evento seguido por millones de personas en todo el mundo, misma que generó una inesperada controversia en redes sociales. Durante la ceremonia en la Plaza de San Pedro, varios usuarios señalaron la presencia de cruces invertidas, desatando especulaciones y teorías que las asociaban con simbolismos satánicos.
Sin embargo, expertos en teología y autoridades eclesiásticas aclararon que este emblema, conocido como la cruz de San Pedro, tiene un origen profundamente cristiano y está cargado de significado dentro de la tradición católica.
La cruz invertida, lejos de ser un símbolo maligno, es un ícono de humildad y martirio dentro de la Iglesia. Según la tradición cristiana, San Pedro, uno de los apóstoles más cercanos a Jesús y considerado el primer papa, fue crucificado en Roma durante el siglo I. Por respeto y humildad, Pedro pidió ser ejecutado cabeza abajo, ya que no se sentía digno de morir de la misma manera que Cristo.
Desde entonces, la cruz invertida se ha convertido en un símbolo que honra su sacrificio y devoción, y su uso está plenamente integrado en la iconografía y liturgia católica.
La presencia de este símbolo en la Plaza de San Pedro no fue una casualidad ni un error, sino un elemento cuidadosamente elegido para reflejar los valores teológicos de la ceremonia. La cruz de San Pedro aparece frecuentemente en el Vaticano, desde documentos oficiales hasta piezas artísticas y ornamentos litúrgicos.
Su inclusión en un evento tan solemne como la despedida de un pontífice responde a su significado de respeto, humildad y continuidad con la tradición apostólica.
Las interpretaciones hechas en redes sociales son, según expertos, erróneas e ignoran el contexto histórico y religioso del símbolo: “La cruz de San Pedro es un recordatorio de la humildad de uno de los pilares de la Iglesia. Asociarla con algo satánico es un malentendido que carece de fundamento”, explicó el teólogo italiano Marco Rossi en una entrevista reciente.
Este no es el primer caso en el que símbolos religiosos son malinterpretados en el contexto moderno. La cruz invertida, por ejemplo, ha sido apropiada en algunos contextos culturales fuera de la Iglesia, lo que puede contribuir a la confusión. Sin embargo, en el ámbito católico, su significado permanece claro y está profundamente enraizado en la fe.
