Hijo del legendario Pablo Hermoso de Mendoza, Guillermo está forjando su propio camino en el arte ecuestre taurino, combinando la técnica depurada que caracteriza a su padre con un estilo personal que está cautivando a los aficionados.
Entre los campos de Valle Hermoso, el rancho que la familia Hermoso de Mendoza ha elegido como su hogar mexicano y donde el joven rejoneador entrena diariamente con sus caballos, Publimetro fue testigo de la intensa preparación que antecede a su próxima presentación en la Monumental Plaza México, programada para el 2 de febrero.
Entre las caballerizas, Guillermo nos habla de su pasión por el rejoneo, su visión del toreo actual y los retos que enfrenta la tauromaquia en estos tiempos modernos. Con la naturalidad de quien ha crecido entre caballos y ruedos, nos adentra en su mundo, donde la tradición familiar se fusiona con su vocación como rejoneador.
¿Ya estás preparado para tu próximo encuentro este 2 de febrero en la Monumental?
— Sí, ha sido una semana muy intensa de entrenamientos para llegar lo mejor posible al domingo 2 de febrero, con la ilusión y la responsabilidad que supone estar en esta fiesta de aniversario.
¿Cómo describes al público mexicano?
— Tienen algo que me encanta que es la pasión, cómo lo viven, y eso, cuando estás en la plaza, te hace sentir una ola de euforia. En concreto, la Plaza México, su forma, el contacto con la afición... la verdad es que es algo muy emocionante. A la vez, también es una afición muy conocedora y exigente; tienes que hacer las cosas bien y, cuando lo haces, te cautiva.
¿Es diferente la afición de España que la de México?
— Creo que cada lugar, cada sitio tiene sus matices. Al final, hay aficionados de México que van a San Isidro y aficionados de España que vienen a la Plaza México; creo que conviven. Lo mágico y lo bonito de la fiesta es que cada plaza tiene su afición y su forma de ver la tauromaquia, eso nos enriquece y como torero te abre muchas veces la mente en cómo tienes que actuar.
¿Crees que ya has encontrado tu propio estilo de torear?
— Me gusta siempre ser realista y tener los pies en el suelo. Soy consciente de que he evolucionado mucho; la pandemia me ayudó a aprender, a montar, a estar más acoplado, y cuando salí, lo noté. Pero soy consciente de que me queda un mundo por aprender, por evolucionar, por equivocarme también, porque así es como uno aprende y de eso se trata la carrera. Siempre intento marcar mi estilo, que es muy parecido al de mi papá, pero sobre todo plasmar mi personalidad dentro del ruedo, y creo que en ello voy trabajando.
¿Cómo te preparas físicamente para este tipo de corridas?
— Pues mira, físicamente soy bastante flojo; con la juventud todo se salva. No me gusta ir al gimnasio, normalmente estoy todo el día montando, pero una preparación exhaustiva física, de ir al gimnasio o cosas así, no. Sin embargo, te diría que hago una preparación más bien psicológica con los caballos, de estar ambos acoplados, de que vayamos confiando uno en el otro y luego podamos plasmar eso en el ruedo, que es una obra de arte.
¿De qué manera aconsejas a la gente joven acercarse a la tauromaquia?
— Creo que los toreros, ganaderos, empresarios, todo el sector y, más en concreto, los jóvenes somos los responsables de abrir muchas veces las puertas de casa para que vengan y conozcan, porque hoy en día por redes sociales hay información muy equivocada de lo que es la realidad. Entonces, que un ganadero les abra las puertas para que vean cómo vive el toro, libre, cómo se cría, evoluciona durante toda su vida hasta llegar a la plaza y que vean, en mi caso, cómo es la vida del caballo, cómo los cuidamos y trabajamos con ellos, creo que es algo que debemos hacer y eso muchas veces ayuda a ver cuál es la realidad y lo que es la tauromaquia.
¿Crees que las corridas de toros han perdido aficionados?
— Fíjate que te diría que está habiendo un cambio. Por ejemplo, en Las Ventas de Madrid está yendo una barbaridad de gente joven, los abonos prácticamente se acaban. En Pamplona también van muchísimos jóvenes y aquí en México también me está sorprendiendo porque creo hay muchos que se están adentrando en lo que es la tauromaquia. Así es como puedes elegir si de verdad te gusta o no, no por algo que se muestra por las redes y que puede ser algo muy erróneo de los valores que tiene la tauromaquia.
¿Qué figura del toreo mexicano admiras?
— A muchos. Te diría que admiro a todo profesional que se pone ante un toro; hay que admirarlo por lo que conlleva jugarse la vida de esa forma. Pero indudablemente al maestro Eloy Cavazos, su forma de torear y todas las historias que he oído de él, creo que es parte fundamental de lo que ha sido la tauromaquia en México.
Por último, ¿platícanos un poco del rancho que tu familia tiene cerca de San Miguel de Allende?
— Adquirimos este rancho con la visión de tener nuestra casa en México. Ahora ya se está haciendo un desarrollo, se llama Valle Hermoso. Este año vamos a estar seis meses aquí, desde octubre hasta abril. Está muy cerca de San Miguel, que es un lugar que nos cautivó y nos encanta a todos. Aquí trabajamos todo el día con los caballos, en el ruedo y el campo; es nuestra casa mexicana.
Un poco más sobre Guillermo
- Nació el 13 de agosto de 1999 en Estella, Navarra.
- En 2017, toreó como novillero en una corrida en San Miguel de Allende, ciudad que ha sido su hogar en México desde su niñez.
- En 2019, tomó su alternativa en la Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla, de la mano de su padre, que ejerció de padrino, y de Lea Vicens, que fue su testigo.
- En 2019, Guillermo comenzó a confirmar su alternativa en las principales plazas de todos los países taurinos.
- En 2020, confirmó su alternativa en la Plaza México cortando una oreja, y en 2022, en Las Ventas, cortó tres orejas y colgó el cartel de “no hay billetes”. Desde esa inolvidable tarde, Guillermo ha salido a hombros en todas las plazas de primera, incluyendo Pamplona, Madrid, Sevilla, Bilbao y San Sebastián.