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Eréndira Ibarra: “Gracias a The Matrix pude hacer las pases conmigo”

Las pantallas de cine en México recibieron la nueva película de la saga, Matrix revoluciones

Es momento de que las líneas verdes de código vuelvan a llover en la pantalla grande, con el regreso de uno de los consentidos de Hollywood: Keanu Reeves, acompañado —nuevamente— de Carrie-Anne Moss, en sus icónicos personajes de Neo y Trinity, de The Matrix.

Pero esta vez, la cuarta parte de la saga cuenta con una fórmula distinta, ya que detrás de la cinta sólo está Lana Wachowski, y no encontramos a su inseparable hermana Lilly; quienes trabajaron juntas en las películas anteriores.

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A pesar de que ambas se habían resistido a realizar otra película de Matrix, la muerte de sus padres dejó a Lana deseando un consuelo que encontró en Neo y Trinity; de hecho, la productora ha dicho que “esta película está dedicada a mamá y papá”. El tener a Lana como cabeza de esta producción le vino bien al cine mexicano, ya que gracias a ella encontramos a Eréndira Ibarra en el elenco: la actriz y la realizadora ya habían trabajado juntas en la serie Sense8.

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Ibarra interpreta a Lexi, quien según las palabras de la actriz, es un personaje inspirado por Trinity. “El camino que tomó de la liberación es lo que inspiró a Lexi a despertar. En la Matrix, Lexi vivía atravesada por muchos niveles de opresión y de dolor que en la vida de las personas se nos dice que así es. Te das cuenta de que no, que puedes hacer el mundo de la forma en que quieres, puedes romper con la programación, deconstruir esas ideas. Eréndira es un poco Eréndira gracias a Trinity también”.

¿Qué fue lo que más te sorprendió al trabajar en esta película?

— La capacidad que tenemos las personas de hacer cosas extraordinarias cuando alguien cree en nosotros. Hubo un momento, cuando estábamos filmando en San Francisco y había muchas explosiones y gente corriendo por todos lados, cuando los coordinadores de stunts comenzaron a decir: ‘esto es una locura, no sabemos si podemos’, y era una constante en la película que se juntaban los jefes de departamento y se preguntaban ‘¿cómo vamos a poder?’, y Lana sólo les decía: ‘si no pudieran, no estarían aquí’. Gracias a que Lana tuvo esa certeza de todas las personas involucradas, hicimos cosas que eran imposibles y que nunca se habían visto, y eso es algo que te hace dar cuenta lo importante que es que alguien crea profundamente en el proyecto y en las personas, todo eso desencadena que los imposibles se vuelvan posibles.

En la cinta te vemos en escenas de acción casi todo el tiempo, pero ¿cuál fue tu reto principal?

— Fue mi narrativa y mi interior, lidiar con la Eréndira que está en mi cabeza, que se veía en el espejo y me decía: ‘no puedes’. Eso es demasiado difícil, el pensar ‘cómo vas a dejar a tu hijo cuatro meses, no vas a poder’, ella era mi reto más grande. Desde muy pequeña tuve un diálogo interno sufrido y muy autodestructivo, entonces fue romper eso todo el tiempo y decir ‘sí puedo’. Mi reto fui yo misma.

Entonces, los aprendizajes también debieron ser duros...


— Hay una cuestión como de las madres, del ‘vas a abandonar a tu hijo’, y que por más que te empapes de teorías feministas, siempre la programación de la sociedad y las culpas son muy difíciles de soltar. Tuve que sanar y estar en paz al estar conmigo, y sin sentir que estaba abandonando a mi familia o a mi hijo, o una parte de mí. Uno de mis miedos más grandes antes de hacer esta película era estar sola, y a partir de esto y por la pandemia pasé mucho tiempo sola en cuartos de hotel o entrenando y finalmente pude hacer las pases conmigo.

¿Cómo fue el último día de grabación?

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— Fue muy fuerte, sobre todo porque no nos querían decir exactamente qué estaba pasando, porque hicimos una escena final, una fiesta de rap, que fue un poco controversial en Alemania; pero justamente bajo la idea de que habíamos estado juntos tanto tiempo y que logramos sobrevivir una pandemia, ni modo que no celebráramos el hecho de haber terminado una gran película que hicimos con el corazón en los peores momentos de la historia de la humanidad reciente. Filmamos la última escena sin saberlo, y cuando nos comentaron que era la escena final nos dio un ataque de llanto, y una sensación de no querer soltar, porque lo que se logró en ese proyecto fue único.

¿Te quedaste con algún souvenir?

— No me dejaban agarrar nada (risas). Una vez traté de llevarme unos lentes que se habían roto en una pelea —porque tenía como 100 pares por si se rompían—, pero me pidieron regresarlos. Me quedé con cosas que nunca se usaron.

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¿Qué veremos en The Matrix revoluciones?

Matrix Resurrections reúne a Neo y Trinity en una nueva aventura situada en un mundo familiar pero aún más provocativo en el que la realidad es más subjetiva que nunca y donde para descubrir la verdad hay que liberar tu mente

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