El domingo, cerca de 50,000 personas se congregaron en San Juan, Puerto Rico, para asistir a una manifestación de la coalición de centroizquierda Alianza, un movimiento que se ha fortalecido en la isla y que busca ofrecer una alternativa a los partidos tradicionales.
La convocatoria tuvo lugar a tan solo dos días de las elecciones de este martes en Estados Unidos, y reflejó el descontento generalizado de los puertorriqueños ante el bipartidismo que ha dominado la política local, en particular por los escándalos de corrupción y la privatización de la red eléctrica, que ha causado graves inconvenientes en la vida cotidiana.
Durante el evento, el candidato a gobernador por el partido Alianza, Juan Dalmau, se dirigió al público con un discurso enérgico y cargado de crítica hacia el sistema bipartidista. Dalmau recordó las “consecuencias” de décadas de alternancia entre los partidos rojo y azul, señalando que estos han traicionado la confianza del pueblo puertorriqueño.
“Nosotros como pueblo en los últimos 55 años hemos sufrido las consecuencias del bipartidismo rojo y azul”, declaró, haciendo eco del sentir de muchos en la isla que desean un cambio en la administración pública. Su llamado a la “reivindicación” y la recuperación del poder por parte del pueblo resonó con fuerza entre los asistentes.
Uno de los momentos más emocionantes del mitin fue la participación de Bad Bunny. El artista, conocido por su compromiso con causas sociales, aprovechó el escenario para motivar a sus compatriotas a votar en las próximas elecciones.
Recordando el abandono que sintió Puerto Rico después del huracán María, Bad Bunny destacó la importancia de no olvidar esos momentos y alzar la voz en las urnas. “Este martes nosotros seremos la tormenta y no hay quien los salve a ellos”, exclamó, en una referencia simbólica al poder del voto como herramienta de cambio.
Apoyo de celebridades
La participación del cantante en el mitin también se suma al reciente apoyo de varias celebridades puertorriqueñas a Kamala Harris, tras un incidente en un evento de Donald Trump, donde un comediante conservador se refirió a Puerto Rico como una “isla de basura”.
La Alianza continúa perfilándose como una opción que apela al orgullo puertorriqueño y al rechazo de políticas tradicionales en la Isla.