Le dieron “mono por gato” en lugar de “gato por liebre”. Un vendedor de dulces se llevó una sorpresa porque una persona le regaló un “gato” dentro de una caja, pero al abrirla, descubrió que no se trataba de un felino sino un mono saraguato, una especie protegida por las leyes mexicanas. La persona tuvo que entregar su nueva mascota a expertos para que reciba una adecuada atención.
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Luis Alberto, un joven con discapacidad, quien para ganarse la vida vende dulces en cruceros de Zapopan, señaló que ayer por la tarde una persona le obsequió una caja con una mascota y le advirtieron que se trataba de un gato. Con cariño, le puso el nombre de Eros, pero al abrirla, se percató que era un primate. Se trataba de un saraguato de color negro, que fue llevado de manera voluntaria en las instalaciones de la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) de Villa Fantasía.
“Es un mono saraguato que no alcanza ni los dos meses de edad. Fue una entrega voluntaria de un chico que trabaja vendiendo dulces en un camellón. Con él llegan y le dicen que le van a regalar un gato; él lo acepta y a la hora que abre la caja se lleva la sorpresa que no era un gato. Inmediatamente, comienza a investigar qué especie es y lo entrega aquí en Villa Fantasía”, explicó Yamile Lotfe Galán, directora de Protección Animal del Municipio de Zapopan.
Lotfe Galán explicó que la Unidad de Manejo Ambiental se encargará de la recuperación física y médica de Eros, para después enseñarlo a convivir con monos de su misma especie. “Es recuperación tanto médica como física para, posteriormente, junto con las autoridades federales, transferirlos a un lugar donde se adapte a su espacio lo más natural posible, ya que los monos no pueden regresar a su hábitat natural, pues necesitan vivir en una tropa”.
Las autoridades zapopanas insistieron en no adquirir este tipo de animales como mascotas, evitar comprarlas y en caso de que un ejemplar de esta especie llegue a las manos de las personas, dar aviso a las autoridades, como lo hizo Luis Alberto.
El mono saraguato o aullador es una especie característica del sureste de México y puede encontrarse en los estados de Quintana Roo, Campeche, Tabasco, Yucatán y Chiapas. En el mercado negro puede ser comercializado hasta en 80 mil pesos. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (Conabio), la destrucción del hábitat de estas especies ha sido muy extensa. Menciona que en las selvas tropicales de México se han perdido y degradado cerca de 77% de la cobertura original.
