A tres años de la partida del intelectual mexicano Carlos Monsiváis, el llamado “Cronista de la Ciudad de México”, quien logró sobresalir en el campo periodístico, literario y como una voz crítica del México contemporáneo, que abordó con ironía temas que iban desde la cultura de altura hasta el futbol, colegas y amigos lo extrañan y recuerdan sus cualidades. La escritora mexicana Elena Poniatowska, quien era amiga cercana de Monsiváis (1938-2010) se refiere a él como un hombre “bastante chismoso”, con un gran sentido del humor y una ironía tremenda que veía la vida con “ojos de gato burlón”.
“Era un hombre que decía muchas cosas malas de todos sus amigos y de sus enemigos, porque agarraba parejo con todos. Tenía una gran lucidez que le permitía conocer todo lo que sucedía en México, por eso es el único escritor que hizo una obra de análisis de la realidad mexicana como nadie lo ha hecho”, apunta. Poniatowska recuerda a Monsiváis también como un hombre implacable, cuyos juicios hacia los demás eran muy serios y definitivos; “y no hay que olvidar que era un gran crítico de poesía que quiso hacer poesía y sabía muchísimo de ella”.
En información difundida por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), la representante de la Asociación Cultural El Estanquillo, Beatriz Sánchez Monsiváis, señala al intelectual como un hombre de excelente sentido del humor, sumamente tranquilo, dedicado a trabajar, leer, ver películas y hablar por teléfono. Mientras que para el ensayista, traductor y periodista cultural José Gordon, Monsiváis era dueño de una memoria prodigiosa, que incita el amor al detalle, una apreciación del mundo y en el momento en que se vuelve compartida es mayor. Cualidad que en su opinión le permitió al intelectual mexicano hablar de los personajes más entrañables del cine mexicano, la música o la poesía: “era un hombre universal y al mismo tiempo se reflejaba en él lo mejor de una tradición mexicana en donde aparece la colonia Portales donde vivía y desde donde se asomaba al mundo”. La generosidad que mostró a la largo de su vida el intelectual mexicano, es evocada por el periodista y escritor Javier Aranda Luna, quien considera que el autor de títulos como “A ustedes les consta” fue una persona que conocía de todo, con una facha de “arisco”, al que mucha gente le tenía miedo, no obstante era bondadoso: “A los jóvenes que le mostraban sus trabajos, siempre tenía tiempo para leérselos, comentárselos y hablar con ellos de todo, desde la música más reciente hasta de las mejores películas desde su punto de vista”, añade Aranda.
Como amigo divertido, lo define el caricaturista Rafael Barajas “El Fisgón”; un hombre, dice, que tenía un sentido del humor muy desorbitado y podía hacer chistes de todo, “porque era un hombre enterado e informado de lo que acontecía (…) tenía una memoria extraordinaria, podía hacer parodias, recordar diálogos complicados que después podía recitar”. Para el crítico cinematográfico Carlos Bonfil, Monsiváis era sobre todo un notable director de conciencia, de quien era importante extraer las mejores conclusiones posibles de sus juicios severos sobre las responsabilidades morales, la congruencia ideológica y el desarrollo intelectual de sus amigos. “El Carlos Monsiváis amigo, crítico implacable de toda pereza intelectual, compartía generosamente sus fobias y sus entusiasmos, y esa aparente promiscuidad de gustos y rechazos, siempre compleja, en ocasiones conflictiva, se volvía el tipo de complicidad afectiva que uno desea siempre cultivar con los mejores amigos”, expresa Bonfil.
El periodista Jenaro Villamil destaca que “el cronista de la Ciudad de México” fue un gran divulgador de la cultura popular mexicana, un hombre irónico y con un humor que le exige al lector conocimiento previo de lo que lee. “Por eso tiene tantos seguidores, porque Carlos lograba conectarse con ese sentido del humor del mexicano. Como persona fue muy peculiar, muy buen amigo, quizá uno de los más leales una vez que él te adoptaba como amigo al grado tal de involucrarse en todo lo que te pasara y él pedía lo mismo, que te involucraras en todo lo que le pasaba”, indica en el comunicado de Conaculta.
PLUS
Para recordar sus expresiones, te compartimos 10 de frases de Monsiváis:
1. Mi definición de fracasado: aquel que confía en sus propios méritos para hacerla.
2.Si nadie te garantiza el mañana el hoy se vuelve inmenso.
3.Ya no le diga cinismo. Dígale sinceridad.
4.Lo cursi es lo fallidamente bello
5.La femineidad como metodología para sonreír cautivadoramente.
6.No compartir los quehaceres domésticos es precipitar el divorcio.
7. Lástima que cada gobierno tarde seis años en enterarse de lo que pasó en su sexenio.
8.¡Quién tuviera un cuerpo para la vida cotidiana y otro, más flexible y elástico, sólo para el Metro!
9.“La flojera del mexicano” más bien se llama desempleo.
10. Sin la Chingada, las conversaciones se oyen falsamente nacionalistas