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El presidente Felipe Calderón Hinojosa afirmó que su gobierno ha realizado la mayor inversión en infraestructura de la que se tenga registro, sin incluir el sector vivienda, incluso desde la época de Porfirio Díaz.
El mandatario colocó el último segmento del Puente Baluarte Bicentenario de la carretera Mazatlán-Durango, y recordó que desde el inicio de la administración anunció que este sexenio sería el de la infraestructura “y ya lo es”.
“Este puente es, en hechos concretos, un símbolo de la prosperidad que queremos para México, es un símbolo del México del futuro”, destacó al tiempo de subrayar que los mexicanos “estamos decididos a construir un México mejor”.
En el acto, en el que recibió el certificado Guinness por ser el puente atirantado más grande del mundo, Calderón Hinojosa reconoció que se trata de una obra muy esperada por miles de mexicanos, que permitirá el desarrollo para la región, y que fue hecha, orgullosamente, por ingenieros mexicanos.
Por su parte, el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (STC), Dionisio Pérez-Jácome, aseguró que el Puente Baluarte, que representa una inversión superior a dos mil millones de pesos, es ejemplo palpable de la importancia que la infraestructura tiene para México.
En el acto donde el presidente Felipe Calderón colocó el último segmento del Puente Baluarte, de la carretera Mazatlán-Durango, el funcionario dijo que este puente atirantado, el más alto del mundo, representa la capacidad del gobierno de “llegar donde nunca antes se había llegado, para acercar servicios a más gente”.
Explicó que esta obra, ubicada en la Sierra del Espinazo del Diablo, es una construcción que superó el desafío de cruzar la Sierra Madre Occidental.
El puente, que tiene un claro central de 520 metros y cuatro carriles suspendidos a más de 400 metros, cuenta con mil 124 metros de longitud soportados por 152 tirantes de acero.