Bailar, cantar o simplemente moverse es lo que la felicidad producida por las melodías logra en el cuerpo.
Alejandro Álvarez, psicólogo con estudios neurocientíficos, explicó a Publimetro que “la música es un placer, casi igual al que produce el sexo o comer”, esto debido a que ayuda a liberar dopamina, también conocida como “la hormona de la alegría”, la sustancia culpable de motivar y alegrar al cuerpo, al grado de cambiar el estado de ánimo de quien la escucha.
“Las personas se sienten mejor, liberan tensión acumulada por problemas del trabajo o personales. El género es lo de menos, no importa si están escuchando banda, pop, rock o música norteña; el resultado es el mismo”. Esa sensación es una de las razones por las que se ambientan musicalmente los programas de televisión o películas. Además de ser una forma de manipular la mente por el tono de la melodía.
El efecto llega a ser tan bueno que tiene ventajas laborales. “Escuchar música mientras trabajas aumenta tu productividad porque te enfocas en lo que estás oyendo y te permite realizar tu trabajo sin distracciones externas”, explica Alejandro.
Dicha sensación también se escapa del cuerpo, como respuesta positiva cantar en voz alta es una expresión de felicidad. No es raro ver en la calle que la gente con audífonos parece gritarle al mundo lo feliz que se siente y todo por la canción que están escuchando.
Los resultados han demostrado ser efectivos para la salud, un ejemplo es la musicoterapia, con la que se satisfacen necesidades físicas, emocionales, mentales y hasta sociales.
