El Universo empezó a expandirse con un “big bang” hace unos 13.700 millones de años, según estimaciones, y al principio, todo eran tinieblas, hasta que llegó la claridad como parte de un proceso de “encendido” aparentemente progresivo y no repentino, dijo hoy el prestigioso astrónomo Richard Ellis.
El astrofísico participó en una rueda de prensa, en Madrid, para avanzar parte del contenido de su conferencia sobre la búsqueda de las primeras galaxias que poblaron el universo, con la que comenzará hoy la tercera edición del ciclo “La ciencia del Cosmos”, que organiza la Fundación BBVA.
Titular de la cátedra Steele de Astronomía en el Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Pasadena, Ellis señaló que las evidencias apuntan a que la claridad del Universo se produjo progresivamente y no de forma repentina.
Este experto en cosmología y evolución de las galaxias, galardonado con el Premio Gruber de Cosmología o la Medalla de Oro de la Real Sociedad Astronómica, de la que es miembro, añadió que estamos a punto de encontrar la primera generación de estrellas en el Universo.
Su labor ha sido fundamental para muchos descubrimientos, convirtiéndose en uno de los astrofísicos más citados del mundo.
Ellis confía en que el telescopio espacial James Webb, que se lanzará en torno a 2018, permitirá visualizar objetos en un espacio de tiempo 200 millones de años más atrás de lo conseguido hasta ahora; con el Hubble se han usado ya todos los filtros infrarrojos, pero la atmósfera terrestre limita la visibilidad, añadió.
Este astrofísico lidera uno de los proyectos internacionales de la próxima generación de telescopios, el de Treinta Metros (TMT) que se construirá en Hawai y cuyas obras se prevé que acaben para 2021-2022.
Su ejecución va en paralelo al europeo E-ELT, que se construirá en el desierto de Atacama, en Chile.
Curiosamente, dijo Ellis, hoy se sabe más sobre cómo transcurrieron los primeros cientos de miles de años después del “big bang” que sobre la formación de las primeras estrellas y galaxias.
Este proceso se produjo más tarde, probablemente cuando el cosmos rondaba los cien millones de años, pero se tiene más información del inicio del Universo, del tiempo cero, gracias a la llamada radiación de fondo cósmico que aún hoy llena todo el cielo como un reflejo de la explosión inicial.
Por el contrario, de las primeras galaxias apenas llega luz, y por eso, para los científicos, se trata de la última frontera o pieza por conocer para completar el conocimiento de la historia cósmica.
Por otra parte, el astrofísico valoró la fuerte competitividad entre investigadores en la construcción de telescopios y herramientas tecnológicas cada vez más potentes para contemplar el espacio, porque, dijo, eso favorece los avances en el ámbito espacial.
Explicó que muchas de las tecnologías utilizadas en los telescopios, como las lentes, cada vez más sofisticadas, se popularizan luego entre la población con su uso en gafas, en cámaras convencionales o en las de los teléfonos móviles
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