Filld: Never Stop for Gas Again from Filld on Vimeo.
Imaginen la escena: un gringo decide que no es difícil pensar en que estás tan ocupado con tu día que no tienes tiempo para pasar a cargar gasolina. Lo más lógico es pensar en un servicio que te entregue el combustible a donde estés y que te evites las modestísimas y engorrosísimas colas en “la gas”.
Javi Noble tuvo la idea, y alguien le metió un varo y la hizo realidad. *inserte aquí el OMG! con tono de Janice, la de Friends*
La empresa Filld opera en la zona más techie de California: Silicon Valley, Palo Alto, Menlo Park y Redwood City, todas cercanas a San Francisco, donde el costo de la vida se ha elevado alarmantemente en los últimos diez años.
¿Cómo funciona? Más o menos como Javi nos lo contó en Nosotros los Nobles: te das cuenta que te estás quedando sin gasolina, bajas la app, das tus datos del auto, de la tarjeta, pides el galón y ¡pum! el camión llega a llenarte el tanque a cambio de 7 dólares por galón.
Así de simple y sencillo. La idea, según consignan diversos medios en Estados Unidos, nació como un chiste un día que la esposa Scott Hempy, dueño de Filld, se quedó sin gasolina en un viaje largo y bromeó con la idea de tener un servicio que proveyera el combustible, justo como sucede con el Air Force One cuando hace vuelos largos.
El resultado no es nada descabellado, y si bien los medios allende nuestras fronteras citan un capítulo de la serie It’s always sunny in Philadelphia, en México nos toca más cerca del corazón, pues no solo nos quedamos con la intención de hacer un negocio que será exitoso (hay quien lo ve como el Uber para los propietarios de autos), sino con la idea de que esas ideas sí deben ser enarboladas por los empresarios (Okey. Esa es impresión mía).
El negocio de Filld está creciendo y en una zona como la Bahía de San Francisco seguro tendrá repercusiones económicas importantes, pues no solo es una start-up, sino un servicio que puede cambiar la forma en que las gasolineras entregan su producto a más personas a cambio de comisiones.
No cabe duda. La imaginación del mexicano debe ser explotada no nada más para la comedia.