No ha existido en la escena musical latina una banda que haya combinado lo mejor de los ritmos tradicionales de su país con una propuesta electrónica y de performance como lo hace Bomba Estéreo.
En su concierto en Plaza Condesa, la agrupación colombiana mostró su versatilidad y su inmenso dinamismo en su interpretación, dándole así al público grandes momentos de emoción desde el comienzo hasta el fin del concierto.
La banda comenzó con canciones de su nuevo álbum “Amanecer”, en el que muestran una sutil fusión electrónica con ritmos que ya han mezclado en el pasado como la champeta (ritmo afrocolombiano nacido en los barrios populares de Cartagena) y la cumbia. Éxitos como “Somos Dos” y “Fiesta” se alternaron con éxitos ya bastante conocidos por el público como “Sintiendo”, “Pájaros” y “Qué Bonito”, donde se vio toda la calidad musical de una banda que desbordaba energía.
Asimismo, Li Saumet, su vocalista, mostró su inmenso carisma con el público. Los animó y les agradeció por asistir. Su poderoso fraseo y su esencia de la costa Caribe colombiana se ensamblaron perfectamente con las combinaciones electrónicas de la banda también liderada por Simón Mejía . En algún momento del concierto se puso un gran tocado blanco de plumas y cantó canciones como “Raíz”, en la que se mostró una faceta más introspectiva y natural de la música de Bomba Estéreo. Esto hace parte de su nuevo LP, “Amanecer”, donde se pueden oír las nuevas influencias de la banda a través de un sonido distinto, pero como siempre, eleante. Pero eso no fue todo: Saumet también trajo una piñata de Donald Trump para disposición de la audiencia, que estuvo complacida con esta “sorpresa”.
El concierto terminó con una interpretación alternativa de uno de los grandes éxitos de la banda: “Fuego”, que terminó de complacer a un público que siempre estuvo animado durante la presentación de la banda. Para concluir, “El Alma y el Cuerpo”, una de las canciones más reflexivas y emotivas de la banda, a ritmo de reggae, también fue coreada (como muchos de los sencillos) en un Plaza Condesa a reventar, donde el baile y el alma caribe de Colombia se mezclaron con uno de los sonidos que desde hace 10 años han conquistado a Latinoamérica y el mundo.
También puedes leer