Andrés Roemer, cónsul general de México en San Francisco, reiteró que México y Estados Unidos comparten historia y una amplia herencia cultural, por lo que es necesario «derribar muros».
El Doctor Roemer recalcó el aporte que hace la comunidad méxico-estadounidense en el país vecino, y recordó las palabras que el 12 de junio 12 de 1987 durante un discurso en Berlín, el presidente Ronald Reagan dijo al entonces mandatario de la Unión Soviética en alusión al muro de Berlín «Tear down this wall» (derriba este muro).
«México y Estados Unidos comparten historia y una herencia cultural pero, sobretodo, tenemos economías complementarias y coincidencias en muchos ámbitos de nuestra vida diaria, por lo que es importante continuar construyendo puentes, derrumbando muros, -idelógicos y de concreto- y respetando los valores democráticos y del respeto al derecho ajeno entre ambas naciones», expresó Roemer. «Tenemos que derribar todo tipo de muros».
Y es que Roemer tocó por primera vez este tema hace unos días durante la Celebración del 5 de mayo. Junto con el Museo de la Academia de la Ciencias de California organizó un evento dedicado a la fecha festiva mexicana en torno a la ciencia y a la riqueza cultural y culinaria del mezcal.
Ahí, los expertos ofrecieron presentaciones sobre aspectos muy interesantes de los retos que enfrentan los productores y en el que además se contó con una interesantísima presentación de cómo los residuos de la producción del mezcal son utilizados para crear energías alternativas.
Roemer habló que los aportes que realizan mexicanos y estadounidenses de origen mexicano a la economía y prosperidad de Estados Unidos y la región. Destacó que la comunidad mexicano-estadounidense genera el ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de EU y es dueña de más de 570 mil compañías.
Recordó que en California, la tercera parte de negocios pertenecen a migrantes, los cuales generan más de 34 mil millones de dólares cada año y que más del 30% de la población de California es de origen mexicano, y agregó que nos unen valores, territorio y sangre. Recalcando el respeto a las políticas y a la política interna de cada país pero siempre dentro de un diálogo abierto al pensamiento crítico de la realidad imperante.
