El Partido del Trabajo se encuentra envuelto una vez más en el escándalo. Una acusación por el desvío de 100 millones de pesos involucra a su líder eterno Alberto Anaya, a su esposa María Guadalupe Rodríguez, a su dirigente en Aguascalientes Héctor García Quiroz y al gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez.
La PGR investiga un desvío de fondos de 100 millones de pesos, que el gobierno del “Bronco” debía destinar a Centros de Desarrollo Infantil (Cendis) en Nuevo León y que terminaron en la cuenta de María Guadalupe Rodríguez, esposa de Alberto Anaya y de Héctor Garcia Quiroz, líder estatal de Aguascalientes.
El Partido del Trabajo nació en el mandato de Carlos Salinas, en 1990 con la finalidad de hacerle sombra al Partido de la Revolución Democrática. Durante su historia sólo ha tenido un dirigente nacional, Alberto Anaya, quien en días pasados se reeligió una vez más, con lo que estará al frente de dicha institución consecutivamente 28 años consecutivos.
El PT no tiene democracia interna, sin ideología clara pues lo mismo se puede aliar con el PRD, PAN, PRI o Morena, de manera local ya lo ha hecho, su aliado favorito sigue siendo López Obrador. Nunca ha ganado una elección importante, incluso ha perdido ya su registro en varios estados del país y a nivel nacional estuvo a punto de perderlo en el año 2015. Se salvó por la anulación de la elección a diputado local en el distrito 1 de Aguascalientes, en la elección extraordinaria alcanzó 14 046 votos y con ello el 3.02% de la votación nacional.
El PT es la institución política que se vende al mejor postor, durante muchos años su mejor postor fue el PRD, cuando su dueño era Andrés Manuel López Obrador y hoy su mejor postor es Morena, partido del mismo dueño. Quien por cierto se encarga se ser su mejor defensor, acusando al Gobierno Federal de persecución política contra la “Izquierda”, esa que no existe y que mucho menos es representada por el PT, pero que le dará dinero y spots, entonces vale la pena defenderlos, al fin la corrupción allá no existe, y si es que existe puede esperar.
La corrupción en la política y en los partidos es inaceptable, sin embargo en quienes se dicen distintos y defensores del pueblo, de los mas pobres, de la desigualdad social, argumentando ser paladines de la justicia y autodefinidos como opuestos a la mafia del poder, el engaño es aun mayor, es la mentira de la mentira. El juego de las verdades a medias, del doble discurso y de la falsedad en época electoral.
El Partido del Trabajo ha vivido a costillas de los otros partidos políticos en los últimos años a costillas de AMLO, recibiendo migajas de su dirigente en la repartición de cargos, pero en una asociación en la que ninguno pierde. Ninguno de ellos, porque nosotros sí perdemos, perdemos mucho dinero que se va a esa institución política.
El PT nos costará el siguiente año mas de 300 millones de pesos de presupuesto, dinero que probablemente se irá a las arcas de sus dirigentes, a la campaña de López Obrador o simplemente a la basura, porque es un partido que nos engaña a todos, es el partido del engaño y de la corrupción.
Últimas palabras.
El exfiscal de la Fepade desistió de insistir en su regreso. Gana el PRI y perdemos todos, sin Procurador General, sin Fiscal General, sin Fiscal Electoral. Viva el nuevo PRI.