Este término se dice que lo creó William Kaye (1919), psicólogo estadounidense y profesor de Harvard y Stanford. El define “aprender a aprender” como “la tendencia de los aprendices a volverse crecientemente efectivos en la resolución de los problemas”.
Aprender a aprender es la competencia base para lograr cualquier otra competencia. Cualquier aprendizaje posterior, se realizará de forma más rápida y más eficiente. En el siglo pasado se formaba a las personas para trabajar de manera estable. Los temarios no eran flexibles y el proceso de aprendizaje se basaba en memorizar datos para luego aplicarlos en la práctica.
Es claro que debemos ayudar a los jóvenes a transformarse y prepararlos para el futuro. Un ejemplo actual es la desaparición de la posibilidad de trabajar toda la vida en el mismo lugar y por lo mismo, como formadores debemos trabajar en darles todas las bases para poderlo lograr.
Es por esto que los alumnos deben tener competencias para irse transformando día a día. Debemos trabajar con ellos en enseñarles a que puedan lograr la búsqueda de la información necesaria para cierta necesidad, que puedan resolver problemas y generar soluciones de manera efectiva y eficiente.
Otro ejemplo que podemos ver como docentes, es buscar que nuestros estudiantes aprendan lo más posible en cuanto a conocimiento puro o temario, pero podemos llegar al dicho que dice: “el que mucho abarca, poco aprieta” pero se olvida garantizar lo esencial.
Es por esto que el aprender a aprender debe ser una competencia que los jóvenes apliquen durante toda su vida para lograr el crecimiento y éxito profesional necesario.
