Altos, delgados y de figura proporcionada. Ahí estaban ellos, dando un espectáculo natural sin proponérselo, enfocados en alimentarse o volar en grupo con el cuello y las patas totalmente estiradas, sin saber que, desde una lancha, los observaba un grupo de personas admiradas por su belleza.
Son los flamencos rosados, especie que ha convertido a la Reserva de la Biósfera Ría Celestún (declarada así en el año 2000), al noreste de la Península de Yucatán, en su casa.
Su color salmón y el sonido de su canto hace más bello este ecosistema de 81 mil 500 hectáreas donde conviven cerca de 300 especies de fauna.
Se alimentan de algas y moluscos de lagunas salinas. Un dato curioso de los flamencos rosados, también llamados Phoenicopterus, es que tanto la hembra como el macho permanecen monógamos.
Si te animas a visitarlos, enero, febrero y marzo son los meses ideales. Pero !ojo!, para que esta especie permanezca en la Ría Celestún, las embarcaciones deben mantener una distancia prudente de esta bandada de aves que pueden ser hasta 3 mil en la zona de avistamiento.
Pero ir a ver a los flamencos rosados a la Ría de Celestún no es lo único que puedes hacer en Yucatán. Te compartimos otros cuatro lugares que puedes visitar.
Pirámide Ek Balam
Ubicada a 190 kilómetros al oriente de la ciudad de Mérida. El nombre de esta ruina, expresado en lengua maya yucateca, significa “jaguar oscuro o estrellado”. El primer rey y constructor de esta gran ciudad fue Ukit Kan Le´t Tok, quien fue sepultado en la acrópolis con una ofrenda de siete mil piezas como vasijas de cerámica o caracoles. Disponible de lunes a domingo de 8:00 hasta las 17:00 horas. La entrada general cuesta 132 pesos.
Cenote X-Canché
Para los mayas, sumergirse en estas estructuras geomorfológicas era una forma de conectarse con el inframundo. Para ti puede ser una forma de purificar cuerpo y mente. Es casi indescriptible, pero en este lugar se respira otro aire. Aquí, además de nadar o darte un ligero chapuzón, puedes lanzarte de una tirolesa por encima del cenote o descender en forma de rapel.
Reserva de la biósfera
Esta área en conservación, también conocida como la Ría de Celestún, se compone de manglares pero también de una flora y una fauna extraordinaria. Durante una hora puedes recorrer la zona en un viaje en lancha que te dejará impresionado. Además de apreciar la belleza del lugar, puedes aprovechar y en no más de 15 minutos darte un chapuzón en el hermoso ojo de agua de esta reserva.
Playa Celestún
El viento, la arena fina y el azul turquesa de sus aguas te darán una cordial bienvenida. Esta playa es una de las dignas representaciones del Caribe Mexicano. Y como las actividades playeras abren tremendamente el apetito, puedes hacer una parada técnica en el restaurante Los Pámpanos que se encuentra a orillas de este litoral y que ofrece un menú costero que deleita a cualquier paladar.
¿Dónde hospedarte?
Hay muchos hoteles, pero no en todos tienes la oportunidad de apreciar lo que fuera antiguamente una casona con estilo señorial. Así es el hotel Presidente Intercontinental Villa Mercedes en la ciudad de Mérida, un espacio donde se pone de manifiesto la hospitalidad y calidez humana de los yucatecos. Cuenta con 127 habitaciones y el costo de la ocupación en habitación doble por noche ronda los 154 dólares equivalentes a casi dos mil 800 pesos.
Si Xiomara Ballote Herrera, generente de grupos y convenciones, tuviera que dar tres razones para hospedarse en el citado hotel diría que por ser una casona del centro histórico, por haber sido el primer consulado de Francia y por la atención personalizada y la gentileza de los meridanos. “La proyección que ha tenido Mérida en los últimos años nos ha ayudado mucho. Y es que definítivamente, Mérida está de moda”, subraya.
¿Qué comer?
– Huevos motuleños
– Panuchos
– Bolitas de queso
– Cochinita pibil