Jian Feng, originario de China, se divorció de su esposa por infidelidad y la demandó, en un principio, por lo que él llamó “haber dado luz a los niños más extremadamente feos del mundo. La prueba de ADN demostró que los hijos sí eran de Feng, y ante esto, la mujer tuvo que confesar un secreto muy bien guardado el cual era que se había sometido a diversas cirugías estéticas por un valor de más de 100 mil dólares antes de conocerlo.
La demanda del hombre sostenía que ella lo había engañado acerca de su belleza y los niños eran producto de esa mentira. Increíblemente el hombre ganó la demanda y la mujer ahora le debe a Feng 120 mil dólares.
“Me casé con ella porque estaba enamorado, pero apenas nació nuestro primer hijo empezamos a tener problemas maritales”, dijo el hombre al Irish Times. “Nuestra hija es increíblemente fea, hasta el punto de horrorizarme”, sostiene Feng.
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