Aunque el acitrón es uno de los ingredientes típicos de las Roscas de Reyes, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) invita a la población mexicana a reflexionar sobre su consumo, pues pone en peligro de extinción a las biznagas, una especie que para desarrollarse necesita de decenas e incluso cientos de años.
El acitrón se extrae de la Echinocactus platyacantus, un cactus conocido como biznaga dulce, tonel o burra, y que está sujeto a protección especial de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010.
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Este tipo de biznagas, nativas de México, tarda de 14 a 40 años en crecer 40 centímetros debido a las condiciones de estrés de su hábitat, como son sequía, aridez y pobreza de suelos.
Otro motivo para reflexionar sobre su consumo es que las biznagas aportan enormes beneficios al ambiente que le rodea, como lo es la retención de agua de lluvia mediante el gran entramado de sus raíces, frena la erosión y brinda néctar para los insectos polinizadores.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), afirma que, a nivel mundial, existen más de mil 400 especies de cactáceas. México alberga 669, de las cuales 518 son endémicas, lo cual coloca a nuestro país en el primer lugar con estas especies de cactáceas.
¿Qué son las cactáceas de las que se produce el acitrón y por qué es importante conservarlas?
Las cactáceas (Familia Cactaceae) integran una gran diversidad de plantas, entre las que destacan las biznagas. Este grupo de plantas habitan en diversos ecosistemas, pero la mayoría se desarrollan en ambientes áridos y semiáridos; en zonas de alta presión atmosférica con corrientes de aire seco.
En México las zonas secas abarcan cerca del 60% de la superficie del país. Las biznagas se encuentran en las zonas áridas y semiáridas de los estados de Chihuahua, Coahuila, Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Nuevo León e Hidalgo. También, en Sonora, Baja California Norte y Sur, Sinaloa, Querétaro, Oaxaca y Puebla; donde las autoridades realizan acciones contínuas para su protección y conservación.
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Existen dos especies de biznagas mexicanas con las que se obtiene el dulce de acitrón: la Biznaga Burra o Tonel Grande (Echinocactus platyacanthus), y la Biznaga Barril de Acitrón (Ferocactus histrix). Ambas están listadas como especies endémicas en peligro de extinción.
Debido a su explotación poco sustentable, comercio ilegal y destrucción de su hábitat, se encuentran en peligro de extinción, por lo que están en la lista de especies en riesgo y su comercio se encuentra restringido.
“Cuando no se da la cosecha, la pobreza induce a los campesinos a la extracción clandestina de la biznaga que, si se saca desde la raíz, se pierden los semilleros para la regeneración de sus poblaciones, explica el biólogo Gabriel Solano. Luego les quitan las espinas y las venden a traficantes que colocan su pulpa hecha acitrón en mercados o centros comerciales, contra lo que dicta la ley”, informa la Semarnat.
“Tal vez, en unos años, los platillos que ostentan el acitrón como ingrediente tradicional encuentren una alternativa para sustituirlo y así preservar esta planta mexicana”, invitan las autoridades a reflexionar.