Después de cinco años de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador podría cumplir una de sus principales promesas de campaña: vender el avión presidencial TP-01, mismo que ha intentado vender, intercambiar y hasta rifar.
“Lo del avión se está viendo. Hay la posibilidad de que se venda, solo que, al obtenerse ese recurso se va a destinar para dos hospitales, uno en Tlapa, en la montaña de Guerrero, que es la zona más pobre del país, y otro en Tuxtepec, Oaxaca. Se venda o no sé venda, esos hospitales lo vamos a hacer”.
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En la columna Bajo Reserva, el periódico El Universal, adelantó que este jueves, Banobras estaba por firmar la venta del lujoso Boeing B787 Dreamliner para uso ejecutivo, y se prevé que se vaya hasta la República de Tayikistán, “un país ubicado en Asia Central, famoso por sus lagos turquesa, su ruta de la seda, y sus jeques, acostumbrados a darse la buena vida”.
A pesar de que el avión presidencial no se utiliza, sus costos de mantenimiento, actualización de softwares y resguardo ya rozan los 100 millones de pesos hasta enero de 2023.
“Estamos viendo todo esté asunto. Hay un acuerdo, pero todavía no sé si ya se firmó. Hay esa posibilidad. No puedo decir más”, dijo el mandatario.
