Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil, informó que, tras una revisión de la actividad del volcán Popocatépetl, mejor conocido como Popo, se determinó modificar el semáforo de riesgo de amarillo fase II a amarillo fase III.
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Resaltó que la reciente actividad presentada por el volcán Popocatépetl no presenta un riesgo significativo a la población, pero pidió estar atentos a las determinaciones de las autoridades nacionales y locales.
En consecuencia, la Coordinación promovió nuevas medidas preventivas, entre las que destacan la preparación de personal de Protección Civil para realizar tareas de evacuación, el alistamiento de albergues y la comunicación constante con autoridades aeronáuticas.
Aunado a ello, en materia sanitaria, a las comunidades cercanas les sugirió que, ante la presencia de ceniza, ésta se debe de barrer y ser depositada en una bolsa; además, evitar realizar actividades al aire libre, mantener cerradas puestas y ventanas y evitar el uso de lentes de contacto.
Si se llegara a presentar irritación en ojos, lavar con abundante agua; para prevenir irritación en la garganta, se sugiere tapar nariz y boca con un trapo o cubrebocas.
Durante una conferencia de prensa realizada la mañana de este domingo 21 de mayo, la funcionaria reconoció el incremento en la actividad de ‘Don Goyo’; sin embargo, destacó que las medidas tomadas por el gobierno de Puebla son las suficientes en relación a las recientes erupciones.
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Finalmente, en relación a las actividades sociales, Protección Civil confirmó que los aeropuertos de la Ciudad de México (AICM), Felipe Ángeles (AIFA) y de Puebla ya están en operación.
Respecto a las escuelas, se detalló que es responsabilidad del gobierno local definir si se suspenden o no las clases, pero hasta el momento no hay instrucción de ello. En este sentido, se reiteró que el protocolo preventivo establece que el radio de expulsión del volcán Popocatépetl es de 12 kilómetros desde del cráter.
Por su parte, el gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, aclaró que aún no se contempla la evacuación de las comunidades cercanas, pero pidió a la población estar pendiente de las determinaciones de las autoridades.
Es alerta, no alarma
La directora Velázquez Alzúa fue enfática en señalar que se trata de un estado de alerta y no de alarma. La diferencia de ello es que, basados en los datos analizados por científicos de la UNAM y la Universidad de Colima, la población suscrita al radio de expulsión del cráter no se encuentra en peligro; sin embargo, no se descarta la posibilidad de que la actividad volcánica se incremente, por lo que las acciones preventivas se intensificarán.
Cuando el semáforo cambie a color rojo es momento de evacuar, por lo que, ante la persistencia del color amarillo, las acciones de gobierno se acotan a la preparación de albergues y rutas de evacuación seguras; además, siguen vigentes las medidas sanitarias para evitar el contacto con la ceniza volcánica.
Por su cuenta, Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, alista a la capital nacional para la probable caída de ceniza volcánica. En este sentido, se reitera que las precauciones que se deben adoptar son en relación a las afecciones respiratorias que dichas partículas pueden tener en el sistema respiratorio, de igual modo, se solicita proteger los alimentos que estén expuestos al exterior.
