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Último Informe de Gobierno de AMLO: ¿Cómo se pasó de la rendición de cuentas al “Día del presidente”?

De un par de cuartillas a un evento en la plaza pública más importante del país, esa ha sido la evolución del Informe de Gobierno

A lo largo de la historia, la rendición de cuentas de los titulares del Ejecutivo en México ha experimentado diferentes cambios. Desde informes breves y centrados en la administración pública, la figura del informe de gobierno evolucionó hacia una celebración en honor al primer mandatario en turno, ‘tradición’ que de alguna forma retomó el actual presidente.

El que será el último Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador sugiere más la idea de un homenaje que de un ejercicio de rendición de cuentas, tal y cómo se vio con la celebración por el aniversario de su triunfo electoral en 2018, no por nada llamada el #AMLOFest.

Retrocediendo a los orígenes de este acto protocolario, desde las primeras décadas del siglo XIX, los informes presidenciales en México tenían un formato sencillo y directo. Hasta antes de la presidencia de Porfirio Díaz en 1876, estos informes rara vez excedían las dos cuartillas.

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Para 1910, en un contexto pre-revolucionario, el informe de Díaz se extendió a 13 cuartillas, con la llegada de Francisco I. Madero, el informe presidencial alcanzó 21 páginas y media, a pesar de la turbulencia política.

Posteriormente, el informe de Venustiano Carranza en 1918 marcó una nueva etapa al presentar un documento de 59 cuartillas dividido por áreas del gobierno como Gobernación, Relaciones Exteriores, Hacienda, Guerra y Marina, Agricultura y Fomento, ofreciendo un enfoque más estructurado y detallado. Esto se alineaba con la Constitución de 1917, que en su artículo 69 estipulaba que el presidente debía presentar un informe escrito sobre el estado general de la administración pública del país.

¿Cómo se configuró el “Día del presidente”?

A pesar de que la Constitución no obligaba al presidente a pronunciar un discurso, el informe presidencial se transformó en una ceremonia altamente protocolaria, un evento en el que se celebraba la figura presidencial. Con el pasar de los años se instauró la cobertura mediática que incluía desde la salida de la residencia presidencial hasta la llegada al Congreso, con aplausos, porras y el extenso discurso.


En los sexenios priístas, el informe de gobierno no sólo era un ejercicio de rendición de cuentas, sino también una manifestación del poder presidencial absoluto. El jefe del Ejecutivo era el centro de atención y nadie podía opacar el evento, tendencia transgredida en el informe de 1988, cuando Miguel de la Madrid enfrentó las primeras interpelaciones directas durante su informe.

Ya en el nuevo milenio, con la alternancia política encabezada por Vicente Fox en el año 2000, se esperaba un cambio en la forma y contenido del informe, y la hubo de una manera sesgada con la reforma de 2008 que modificó el artículo 69 de la Constitución para permitir que el presidente no asistiera al Congreso, delegando la rendición de cuentas a sus colaboradores.

A pesar de la reforma, que eliminaba el recorrido hasta el recinto legislativo, el informe de gobierno se transformó en un tema mediático, con el Ejecutivo aprovechando espacios en radio y televisión principalmente para promocionar los logros de su administración. Esta situación ha llevado a que el informe presidencial se convierta en un monólogo del primer mandatario, sin un debate sustancial y efectivo frente al Congreso.

¿Qué ocurrió con AMLO?

Desde el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, el informe de gobierno ha evolucionado al margen de las situaciones que le tocaron enfrentar, en concreto, la pandemia de Covid-19.

El primer informe tuvo lugar en 2019, se llevó a cabo en el Patio de Honor de Palacio Nacional, con la presencia de su gabinete y otros funcionarios clave. En 2020, en medio de la pandemia, el informe también se llevó a cabo en Palacio Nacional, con un minuto de silencio por las víctimas de la emergencia sanitaria; un escenario similar ocurrió con el tercer informe en 2021, con sólo 30 integrantes de su gabinete presentes. El evento se centró en el avance en la vacunación.


Para el cuarto informe, en 2022, se llevó a cabo en un entorno más decorativo, con los murales de Diego Rivera como fondo. En esta ocasión, el presidente abordó la crisis económica derivada de la pandemia, pero el evento continuó en la línea de destacar los logros de su administración.

Mientras que para 2023, el penúltimo informe se realizó en Campeche, donde López Obrador dejó atrás la vestimenta formal portando una camisa blanca bordada, ya que después asistiría a supervisar los avances de la construcción del Tren Maya.

¿El “Día del presidente” vuelve o nunca se fue…?

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Finalmente, el último informe de la primera administración morenista está programado para el 1 de septiembre de 2024, el presidente ha mencionado que se llevará a cabo a las 10:00 horas en el Zócalo de la Ciudad de México con una transmisión en vivo.

Además, el acto contará con la presencia de su sucesora, Claudia Sheinbaum y ha recomendado a los asistentes prepararse con paciencia para soportar la duración del evento, ya que asegura tiene mucho que decir.

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