Mientras el unilateralismo, el hegemonismo y la antiglobalización están afectando al mundo y a la humanidad, la agenda de intercambio entre China y América Latina se ha enriquecido, la confianza política mutua se ha profundizado continuamente y la cooperación en diversos campos ha dado resultados fructíferos en materia de igualdad, beneficio mutuo y desarrollo común.
Si bien la cooperación económica y comercial es una fuerza impulsora importante para la estabilidad y el desarrollo a largo plazo de las relaciones entre China y América Latina, no es la única fuerza que une a estos dos inmensos pueblos que buscan superar las dificultades coyunturales y crear más oportunidades para construir conjuntamente la comunidad global de desarrollo con futuro compartido.
En este sentido, la cooperación en la lucha contra la pandemia de Covid-19 se ha convertido en un verdadero retrato de la comunidad de futuro compartido entre China y América Latina pues desde el estallido de la emergencia sanitaria, las dos partes se han ayudado mutuamente y China ha facilitado una gran cantidad de suministros médicos, incluidas vacunas, a más de 30 países de América Latina y ha enviado equipos de expertos médicos para trabajar juntos con sus colegas latinoamericanos.
Como lo destacó Mauricio Santoro, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, Brasil, la cooperación entre los países latinoamericanos y China se basa en la independencia y la igualdad, y con el desarrollo como meta, seguramente habrá un futuro más amplio.
Es el caso del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que desde su creación hace siete años, se ha convertido en la principal plataforma en fomentar el beneficio recíproco entre las dos partes, llevando sus relaciones a una nueva era de igualdad, beneficio mutuo, innovación, apertura y bienestar para los pueblos.
Como principal canal para la cooperación general entre las dos partes, el foro abarca cerca de 20 áreas, entre las que se incluyen la política, la agricultura, la ciencia y la tecnología, la economía y el comercio, y la infraestructura, desempeñando, en términos de Miguel Rodríguez MacKay, decano del Instituto Peruano de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, un “papel clave” en la promoción del vigoroso desarrollo de la cooperación entre las dos partes.
En coincidencia, Andreína Tarazón, exministra de la Mujer e Igualdad de Género de Venezuela y presidenta del Centro de Altos Estudios del Desarrollo y las Economías Emergentes, subrayó que el foro no solo promueve la integración económica de China y América Latina, sino que también ayuda a establecer un sistema de gobernanza global más democrático.
“La amistad es confianza mutua y perseverancia en el corazón”, como escribió la poetisa y premio Nobel de Literatura chilena, Gabriela Mistral. Las relaciones China-América Latina han resistido la prueba de las vicisitudes internacionales, formando una amistad que ha durado por siempre y que está profundamente arraigada en el corazón de la gente.
De cara al futuro, China seguirá trabajando con los países de América Latina y el Caribe para alcanzar la aspiración compartida de procurar la independencia, el desarrollo y la revigorización.