El presidente Joe Biden se preparaba para conmemorar el jueves el primer aniversario del asalto al Capitolio de Estados Unidos, reuniéndose con legisladores para recordar el violento ataque que ha cambiado fundamentalmente el Congreso y suscitó una preocupación global sobre el futuro de la democracia estadounidense.
En el primer aniversario de la insurrección, Biden y los congresistas demócratas acudirán al Statuary Hall, uno de los puntos donde los inconformes se congregaron el 6 de enero e interrumpieron un conteo electoral. Se espera que Biden cuente la verdad de lo ocurrido, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, y la enfrente a “las mentiras que se han difundido desde entonces”, en referencia a las continuas negativas de muchos republicanos a afirmar que Biden ganó las elecciones de 2020.
“Yo esperaría que el presidente Biden exponga la transcendencia de lo que ocurrió en el Capitolio y la particular responsabilidad que tiene el presidente (Donald) Trump por el caos y la masacre que vimos”, señaló Psaki durante una conferencia de prensa el miércoles.
A la serie de actos conmemorativos previstos para la jornada asistirán demócratas, tanto en persona como de forma virtual, pero casi todos los republicanos con escaño en el Capitolio estarán ausentes. La división es un firme recordatorio de la ruptura entre los dos partidos, agravada desde que cientos de partidarios de Trump superaron con violencia a la policía, utilizaron sus puños y astas para romper los vidrios del Capitolio e interrumpieron la certificación de la victoria electoral de Biden.
Aunque los republicanos del Congreso condenaron casi universalmente el ataque en los días posteriores, la mayoría se han mantenido fieles al expresidente.
En un intento por informar a la población estadounidense, los demócratas que investigan la insurrección tienen previsto pasar los próximos meses contando qué ocurrió exactamente el 6 de enero. Pero los líderes pasarán el jueves apelando a instintos patrióticos más amplios.