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Ciencia.-Pruebas del cultivo de mijo en Mesopotamia alteran la génesis agrícola

MADRID, 12 (EUROPA PRESS)

Pruebas del cultivo en Irak de mijo –una semilla domesticada en Lejano Oriente– a mitad del segundo milenio antes de Cristo, desafían la comprensión de las primeras prácticas agrícolas humanas.

El mijo común es un «cultivo de verano increíblemente robusto, de crecimiento rápido y versátil» que se domesticó por primera vez en el este de Asia, explica Elise J. Lauglier, científica de la Universidad de Rutgers y autora del nuevo trabajo.

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Los investigadores analizaron restos de plantas microscópicas (fitolitos) de Khani Masi, un sitio de mediados y finales del segundo milenio a. C. (c. 1500-1100 a. C.) en la región del Kurdistán de Irak.

«La presencia de este cultivo de Asia oriental en el antiguo Irak destaca la naturaleza interconectada de Eurasia durante este tiempo, lo que contribuye a nuestro conocimiento de la globalización alimentaria temprana», dijo Laugier en un comunicado. «Nuestro descubrimiento del mijo y, por lo tanto, la evidencia de las prácticas de cultivo de verano también nos obliga a reconsiderar la capacidad y la resiliencia de los sistemas agrícolas que sustentaron y aprovisionaron a las primeras ciudades, estados e imperios de Mesopotamia».

El descubrimiento del mijo en la antigua Mesopotamia fue sorprendente por razones ambientales e históricas. Hasta ahora, los investigadores pensaban que el mijo no se cultivaba en Irak hasta la construcción de sistemas de riego imperiales posteriores al primer milenio a.C. El mijo generalmente requiere precipitaciones de verano para crecer, pero el suroeste de Asia tiene un clima de invierno húmedo y verano seco, y la producción agrícola se basa casi por completo en cultivos que crecen durante el invierno, como el trigo y la cebada.

Se cree que la producción agrícola es la base para sustentar y aprovisionar ciudades, estados e imperios mesopotámicos. La nueva evidencia de los investigadores de que los cultivos y los alimentos se cultivaron, de hecho, en los meses de verano significa que los estudios anteriores probablemente subestimaron enormemente las capacidades y la resiliencia de las antiguas sociedades agrícolas del sistema alimentario en ecosistemas semiáridos.


El nuevo estudio también es parte de una creciente investigación arqueológica que muestra que en el pasado, la innovación agrícola era una iniciativa local, adoptada como parte de las estrategias de diversificación locales mucho antes de que se usaran en los regímenes imperiales de intensificación agrícola: nueva información que podría tener un impacto en cómo las innovaciones agrícolas avanzan hoy.

«Aunque el mijo no es un alimento común o preferido en el suroeste asiático semiárido o en los Estados Unidos hoy en día, todavía es común en otras partes de Asia y África», dijo Laugier. «El mijo es un grano abundante, de crecimiento rápido, que requiere poca agua y es nutritivo y sin gluten, que podría tener un gran potencial para aumentar la capacidad de resiliencia de nuestros sistemas alimentarios semiáridos. Los innovadores agrícolas de hoy deberían considerar invertir en sistemas alimentarios más diversos y resistentes, tal como lo hicieron las personas en la antigua Mesopotamia».

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