A casi 11 años de su detención, la Fiscalía General de la República (FGR) entregó en extradición al gobierno de Estados Unidos a Juan Francisco Sillas, alias El Sillas o El Rueda, uno de los lugartenientes del Cártel de los Arellano Félix.
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El Sillas es requerido por la Corte Federal de Distrito de Dakota del Norte por su probable responsabilidad en los delitos de asociación delictuosa y contra la salud.
Entre los años 2004 y 2011, Sillas Rocha fue integrante de los Arellano Félix, organización criminal dedicada al tráfico de droga hacia Estados Unidos; de acuerdo con investigaciones, ordenó el homicidio de dos personas por deudas con el cártel.
La entrega del hoy detenido se realizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) a los agentes estadounidenses. El sujeto permanecía en el Centro Federal de Readaptación Social Número 3, Puente Grande, ubicado en Jalisco.
El 5 de noviembre de 2011, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la entonces Procuraduría General de la República (PGR) lo detuvieron en Tijuana, Baja California, identificado como el principal lugarteniente de Fernando Sánchez Arellano, alias El Ingeniero, líder de la organización Arellano Félix.
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Sillas Rocha era considerado como responsable de un sinnúmero de asesinatos y cumplía órdenes directas de El Ingeniero, quien le ordenaba desde 2008, mantener una pugna con Teodoro García, alias El Teo, del Cartel de Sinaloa, por el control de las actividades delictivas en Tijuana.
David Saucedo Torres, especialista en seguridad pública, dijo que los estadounidenses siguen al pendiente de los grupos del narcotráfico y la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) sabe que estas células delictivas son el eslabón que permiten el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.
“Nosotros hemos tenido a lo largo del tiempo una resistencia a la extradición de distintos grupos de alto perfil del narcotráfico, pero los estadounidenes solicitan constantemente que los narcos purguen condenas en su país porque conocen la corrupción y porosidad del sistema mexicano penitenciario”, expuso.
