NACIONES UNIDAS (AP) — El jefe de Naciones Unidas advirtió que el mundo enfrenta un “gran peligro” y los líderes reunidos en persona por primera vez en tres años deben abordar conflictos y catástrofes climáticas, un aumento de la pobreza y de la desigualdad, y gestionar divisiones entre grandes potencias que han ido a peor desde que Rusia invadió Ucrania.
En discursos y declaraciones antes de que comenzara la reunión de mandatarios el martes, el secretario general, António Guterres, señaló la “inmensa” tarea de no sólo salvar el planeta, “que está literalmente en llamas”, sino también de lidiar con la persistente pandemia del COVID-19. También mencionó “una falta de acceso a financiamiento para que los países en desarrollo se recuperen, una crisis que no se ha visto en una generación” que ha supuesto un retroceso en educación, salud y derechos de las mujeres.
Guterres ofrecerá el martes su discurso sobre el “estado del mundo” en la apertura de la cumbre anual, indicó el vocero de la ONU Stephane Dujarric. Será una “llamada de atención solemne, sólida y centrada en las soluciones” para un mundo “donde las divisiones geopolíticas nos ponen a todos en peligro”.
“Su discurso será sin miramientos, pero señalará los motivos para la esperanza”, dijo Dujarric a la prensa el lunes.
La 77ma Asamblea General de líderes mundiales se celebra a la sombra de la primera gran guerra en Europa desde la II Guerra Mundial, el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha desencadenado una crisis alimentaria global y abierto fracturas entre las grandes potencias a una escala inédita desde la Guerra Fría.
Sin embargo, casi 150 jefes de estado y gobierno intervendrán en la reunión. Eso es un indicio de que pese a las divisiones, Naciones Unidas sigue siendo el foro crucial para presidentes, primeros ministros, monarcas y ministros no sólo para expresar sus opiniones sino para celebrar reuniones privadas y tratar los desafíos en la agenda global, y con suerte para hacer progresos.
Para muchos, lo primero en esa agenda es la invasión en Ucrania que emprendió Rusia el 24 de febrero, y que no sólo amenaza la soberanía de su vecino más pequeño sino que ha despertado el temor a una catástrofe en la central nuclear más grande de Europa, en el sureste del país y ahora ocupada por Rusia.
Líderes de muchos países intentan impedir que la guerra se expanda y restaurar la paz en Europa. Sin embargo, los diplomáticos no esperaban avances importantes esta semana.
La pérdida de las importantes exportaciones ucranianas y rusas de grano y fertilizante ha desencadenado una crisis alimentaria, especialmente en países en desarrollo, y disparado la inflación y el coste de la vida en muchos otros. Esos temas están entre los más prioritarios de la cumbre.
En una reunión el lunes para impulsar los objetivos de Naciones Unidas para 2030, que incluyen poner fin a la pobreza extrema, garantizar una educación de calidad para todos los niños y alcanzar la igualdad de género, Guterres dijo que muchos de los peligros urgentes del mundo hacen “tentador dejar a un lado nuestras prioridades de desarrollo de largo plazo”.
Sin embargo, afirmó, algunas cosas no pueden esperar, como la educación, el empleo digno, la igualdad plena para mujeres y niñas, una sanidad completa y medidas para combatir la crisis climática. Pidió inversiones y financiamiento público y privado, y sobre todo paz.
La muerte de la reina Isabel II y su funeral en Londres el lunes, al que asistieron muchos líderes mundiales, ha creado complicaciones de última hora para la cumbre. Diplomáticos y personal de la ONU han tratado de cuadrar los cambios en planes de viaje, los horarios y los detalles logísticos de las intervenciones de líderes mundiales.
La reunión global, conocida como Debate General, se hizo de forma virtual en 2020 debido a la pandemia y en un formato híbrido en 2021. Este año, la Asamblea General de 193 miembros se celebra con discursos presenciales salvo por una excepción: el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
Pese a las objeciones de Rusia y unos pocos aliados, la asamblea votó el pasado viernes a favor de que el mandatario grabara su discurso con antelación por motivos más allá de su control, la “invasión extranjera en marcha” y hostilidades militares que le obligan a encargarse de sus “deberes de seguridad y defensa nacional”.
Por tradición, Brasil es el primer país en hablar desde hace siete décadas porque en las primeras sesiones de la Asamblea General se ofreció voluntario a comenzar cuando nadie más lo hacía.
El presidente de Estados Unidos, que representa al país anfitrión de la ONU, suele ser el segundo orador. Pero Joe Biden ha viajado a Gran Bretaña para el funeral de la reina y su discurso se ha aplazado al miércoles por la mañana. Está previsto que el presidente de Senegal, Macky Sall, hable en la franja que iba a ocupar Biden.
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Edith M. Lederer es corresponsal jefe en Naciones Unidas para The Associated Press y cubre asuntos internacionales desde hace más de medio siglo.