MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
"En París, hace 61 años, la represión de una manifestación de separatistas argelinos dejó centenares de heridos y decenas de muertos. Crímenes imperdonables para la República. Francia no olvida a las víctimas. La verdad es el único camino hacia un futuro compartido", ha explicado este lunes en su perfil oficial de Twitter.
En su 60 aniversario, Macron también tildó de "imperdonable" este suceso e incluso viajó a Argelia para su conmemoración. El mandatario francés llegó incluso a nombrar en un mensaje en Twitter a Maurice Papon, jefe de policía de París en ese momento, como uno de los responsables del suceso.
Las palabras de Macron causaron un gran impacto en el espectro político francés. Desde los partidos de izquierda se reconoció que el presidente francés aceptara la responsabilidad histórica de la Policía parisina, mientras que la derecha recordó los crímenes del Frente de Liberación Nacional y criticó lo que describió como una política de "arrepentimiento unilateral".
Sin embargo, pese a que el presidente francés solo haya publicado este año un escueto mensaje en su perfil oficial de Twitter, estas declaraciones tienen un matiz diferente debido a la firma de acuerdos entre ambas naciones el pasado mes de agosto.
Además, la primera ministra de Francia, Elisabeth Borne, viajó hace una semana a Argelia con una comitiva de 16 ministros del Ejecutivo francés para reunirse con el presidente argelino, Abdelmajid Tebune, y firmar una "declaración de intenciones" con el objetivo de fortalecer la asociación argelino-francesa.
En esa misma línea se ha pronunciado este lunes Tebune, quien ha resaltado que la diáspora está "preocupada" ante una "fase" en la que se está trabajando para "construir una nueva Argelia", según ha recogido la agencia de noticias APS.
La matanza comenzó con una manifestación pacífica convocada por el Frente de Liberación Nacional contra el toque de queda declarado para toda la población argelina de París. El ya nombrado jefe de la Policía de París, Maurice Papon, antiguo colaborador nazi en los traslados de judíos a los campos de exterminio, ordenó la aniquilación de la marcha.
La carga policial dejó entre 50 y 200 muertos, así como cientos de heridos y desparecidos, dado que los cuerpos de algunas víctimas fueron arrojados al río Sena.