"EO": Una película que se adentra en el alma de un burro

Fue por culpa de los ojos. El cineasta polaco Jerzy Skolimowski había decidido años atrás que su siguiente cinta sería sobre un animal. Él y su esposa y coescritora Ewa Piaskowska ya se habían aburrido de la estructura y los diálogos tradicionales de las películas y querían hacer algo distinto.

Pero no sabían qué animal elegir. Los gatos y perros estaban descartados. Pensaban que ya se habían hecho demasiadas películas sobre ellos. Luego se toparon con el burro, una criatura estoica e inteligente con un significado histórico, no sólo en la religión, sino también en el cine, un animal que la obra maestra de Robert Bresson “Au Hasard Balthazar” llevó a la fama en 1966.

Pero fueron esos enormes y expresivos ojos los que los convencieron de que habían encontrado a su estrella.

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El resultado: la película “EO”, la historia de un burro de circo que es arrebatado de su dueño y comienza un largo camino espiritual a través del campo de Italia y la Polonia moderna, encontrándose con seres humanos buenos y crueles por igual. Eo no habla, pero sueña, y no se puede evitar sentir sus agobios, su soledad, ni su esperanza. Es, aseguran, una carta de amor a los animales, y actualmente se proyecta en las salas de cine de todo Estados Unidos.

“Queríamos que esta película fuera más una experiencia que una cinta tradicional”, dijo Piaskowska en una entrevista reciente en la que estuvo acompañada de su esposo. “Estábamos muy al tanto del hecho de que queríamos llegar al público principalmente a través de las emociones, porque nuestro héroe no tiene palabras. Desde el principio la idea fue que no queríamos contar la historia del burro, sino que queríamos que el público sintiera lo que es ser un burro”.

Skolimowski, quien tiene 84 años y ha estado haciendo películas desde la década de 1960, ha sido ampliamente elogiado por el filme en lo que ha sido un año de muchas emociones. Después de una producción particularmente larga que comenzó en 2020 y que se aplazó en varias ocasiones a causa de la pandemia, finalmente terminaron en marzo. Dos meses después se encontraban en el Festival de Cine de Cannes, donde ganaron el premio del jurado.

Desde entonces, “EO” ha sido elegida para representar a Polonia en los Oscar, ha ganado varios prestigiosos premios de grupos de críticos, y Manohla Dargis, del The New York Times, la nombró la mejor película del año.


Aunque hubo contratiempos debido a la pandemia, la producción fue en realidad bastante tranquila. Marietta, Tako, Hola, Ettore, Rocco y Mela fueron los seis burros empleados para interpretar a Eo, y todo el mundo se encargó de crear un ambiente relajante y positivo para lograr que los animales hicieran lo que tenían que hacer.

“Todo estaba muy callado, muy tranquilo”, dijo Skolimowski. “No había apuro y la gente realmente fue muy paciente”.

Si necesitaban que el burro cruzara un puente y el animal no quería cruzarlo, lo único que podían hacer era esperar.

“El tiempo dejó de existir”, comentó Piaskowska, quien también fue la productora. “Le das unas zanahorias y luego esperas más. Luego lo intentas con otro burro. No puedo describir lo lindos que fueron los sets. Todo el mundo con voz muy suave, todos sonriendo. Éramos como niños en el kínder buscando la manera de convencer al burro de hacer esto o aquello".

Ambos agradecen en particular al cinematógrafo Michal Dymek, quien en ocasiones tenía que hacer tomas desde el punto de vista del animal, y a la editora Agnieszka Glińska por sus ingeniosos cortes y yuxtaposiciones que ayudan a lograr la actuación y sumergir a la audiencia en la vida emocional del animal sin la necesidad de un diálogo. Incluso se le pidió al compositor Pawel Mykietyn que creara una partitura para servir como el monólogo interno de Eo.

“En lugar de un diálogo, producía el sonido que expresaría la emoción, el estado de ánimo del animal”, comentó Skolimowski. “Lo hizo a la perfección. Creo que la película le debe mucho”.


Dar créditos y elogiar es algo un tanto nuevo para Skolimowski, admitió. Pero tal vez parte del éxito del filme se debe a un equipo multigeneracional.

“Creo que la mayor diferencia entre ‘EO’ y mis demás películas es que por primera vez fui capaz de usar en su totalidad los talentos y el entusiasmo y la buena voluntad de mis colaboradores", reconoció el cineasta. “Antes de eso yo era algo egoísta, poniéndome siempre por delante”.

Atribuye el cambio a la pausa de 17 años entre películas, lapso en el que se reencontró con la pintura, una pasión para la que nunca tuvo suficiente tiempo. En ese periodo, comentó, se convirtió en un “artista joven y hambriento, pero no tan egoísta como lo era cuando era un cineasta joven y hambriento”.

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“Ahora puedo ser mucho más generoso y puedo ser generoso con mis colaboradores, quienes tuvieron una enorme participación en la cinta”, dijo Skolimowski.

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Bahr está en Twitter como: www.twitter.com/ldbahr.

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