BRUSELAS, 11 (EUROPA PRESS)
En rueda de prensa desde la capital comunitaria, Eric Mamer, el portavoz de la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, ha evitado comentar la entrevista del presidente galo y ha señalado que la UE y la Comisión tienen "una posición clara sobre China y respecto al asunto de Taiwán".
"Hay una política bien establecida, de 'una sola China', y en este marco seguimos llamando a la paz y estabilidad y estamos firmemente en contra de cualquier cambio del 'statu quo' a través de la fuerza", ha afirmado sobre la situación de la isla.
Mamer ha reivindicado que el viaje a Pekín permitió a la Comisión Europea explicar a las autoridades del país su visión sobre temas como la reciprocidad comercial y, en este sentido, la política alemana pudo mandar también "mensajes claros" sobre las expectativas europeas respecto a China en la guerra en Ucrania.
El portavoz ha subrayado que el discurso de hace dos semanas en el think tank MERICS en el que marcó posición sobre China y que se interpretó como más duro que la línea seguida hasta ahora por Bruselas se basa en los contactos con los líderes europeos y está en concordancia con su papel como jefa del Ejecutivo europeo que guía la política con China en muchos aspectos, como el comercial.
"Lo que cuenta son las acciones de la UE como conjunto, las políticas y su implementación de cara a China. Ahí vemos que las políticas son coherentes y seguirá siendo el caso", ha zanjado el portavoz comunitario.
Las palabras de aviso de Macron para evitar que Europa se convierta en "vasallo" de otras potencias llegan tras la visita conjunta con Von der Leyen la semana pasada. El viaje ha generado críticas por falta de unidad entre europeos, tras el trato que recibió uno y otro por parte de las autoridades chinas y el tono más cercano de Macron con Pekín frente a la dureza mostrada por Von der Leyen.
En su entrevista al diario 'Les Echoes', publicada tras el fin de su visita, el mandatario galo defendió que la UE desarrolle su "estrategia de autonomía" para evitar verse arrastrada por las tensiones entre ambas potencias. "Lo peor que puede pasar es que los europeos acaben creyéndose que tienen que convertirse en seguidores y adaptarse al ritmo americano y a las exageradas reacciones de China", argumentó.