Los países ubicados entre el Ecuador y los trópicos mantienen a lo largo del año una presencia constante de luz solar; sin embargo, gracias a la inclinación del planeta, durante el periodo primavera-verano, se presenta un incremento ligero en la exposición, motivo por el cual se manifiestan particularidades en los hábitos sociales, mismos que podrían tener consecuencias en el saludable ejercicio del dormir.
En el Manual de Trastornos del Sueño, publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 2020, se puntualizan las mejores condiciones para poder conciliar un descanso reparador durante el periodo que se está dormido, siendo la temperatura y la luz unas de las particularidades esenciales a considerar.
Las principales indicaciones de higiene del sueño, de acuerdo con el Manual, son evitar la cafeína y nicotina seis horas antes de irse a dormir, esto por la cualidad de ser químicos estimulantes; también se posiciona contra el consumo de bebidas alcohólicas porque pueden causar la fragmentación del sueño y las pesadillas; lo mismo con el ejercicio y la ingesta de alimentos, al menos, dos horas antes de ir a la cama; y, finalmente, “adecuar la habitación con la minimización del ruido, la luz y el calor excesivo durante el periodo de sueño”.
Se destaca el valor de la luz solar en esta última parte, pues en la Ciudad de México, por ejemplo, se promedia, en esta época del año, 13 horas de luz natural. Esto quiere decir que la mayor parte del día habrá luz, siendo las 06:00 horas el momento en el que amanece y las 19:00 horas cuando el sol se ponga, por lo que tener hábitos saludables de sueño incrementarán la calidad de vida de las personas.
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El estar expuesto a condiciones oprobias para conciliar el sueño puede traer consecuencias negativas para la salud. De acuerdo con académicos y estudiantes de posgrado de las facultades de Medicina y Psicología la UNAM, dormir bien proporciona un envejecimiento saludable, así como del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición Salvador Zubirán: “el sueño tiene un papel importante en la función inmunológica, en el metabolismo, la memoria, el estado de ánimo y el aprendizaje”.
“Algunos de los efectos a largo plazo de la privación del sueño, es que puede ser uno de los factores que pueden contribuir al aumento del riesgo de enfermedades metabólicas, como sobrepeso, obesidad, diabetes mellitus tipo 2, así como infecciones y enfermedades cardiovasculares”, dice el artículo basado en el trabajo de Montserrat Reséndiz, Victoria Santiago, Alejandra Castaño, Rosa María Campos y Matilde Valencia Flores.
Es en este contexto que se emiten recomendaciones para poder conciliar el sueño de manera saludable, esto quiere decir que, en la medida de lo posible se debe de garantizar las condiciones mínimas en una habitación para poder dormir de entre seis y 10 horas, ya que es el rango estandarizado para jóvenes de entre 14 a 25 años.
Finalmente, cabe recordar que las inconveniencias que puede generar el sol se incrementan durante la Canícula, periodo de intensidad solar máxima, donde la temperatura y exposición a la luz natural se incremente.