Los servicios de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania sostienen que la entrega de armamento pesado a la Guardia Nacional (cuerpo independiente de las Fuerzas Armadas) por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, responde al temor de posibles rebeliones, como las del Grupo Wagner.
“Esta es una señal muy clara para todos los ‘rashists’ (neologismo que combina ruso, racista y fascista, utilizado por las autoridades ucranianas para referirse a los rusos)”, ha dicho el jefe de los servicios de Inteligencia, Andri Yusov, para quien los “civiles moscovitas” serán los principales afectados por esta hipotética represión interna.
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La Guardia Nacional “fue creada para proteger el régimen dentro del Estado. Si les entrega armas pesadas significa que, en principio, se apuesta por la represión de futuras rebeliones”, ha dicho Yusov en la televisión ucraniana.
Yusov también ha valorado que con la decisión de invadir Ucrania, Putin no solo trajo la guerra y la muerte a eso país, sino también a la propia Rusia. “Si hablamos de la cantidad de rusos muertos, neutralizados, heridos y mutilados, que vinieron aquí para matar y robar, (...) ya son decenas de miles”, ha dicho.
“Sí, Putin trajo la guerra a Rusia (...) Putin y su régimen, sus secuaces, con el consentimiento tácito de la mayoría de los rusos, trajeron la guerra, la destrucción y la muerte a su propio país”, ha enfatizado.
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Esta semana, los servicios de Inteligencia de Reino Unido revelaron que el Kremlin habría hecho entrega de armamento pesado, incluido tanques, a la Guardia Nacional Rusa tras el fallido motín de mediados de junio de los mercenarios del Grupo Wagner.
