BOGOTÁ (AP) — Las Madres de Soacha han llorado a sus hijos, víctimas de ejecuciones extrajudiciales en Colombia, por cerca de dos décadas y el martes recibieron excusas públicas de parte del Estado en un acto encabezado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
“Pedimos perdón por estos crímenes que nos avergüenzan ante el mundo”, dijo Velásquez tras nombrar a las víctimas.
“Sabemos que hoy es difícil obtener ese perdón porque ha habido un Estado que ha pretendido ocultar esa verdad”, agregó reconociendo que en 2005 el Ministerio de Defensa estableció una directiva que ordenaba pagos de recompensa por resultados, lo cual incentivó las ejecuciones extrajudiciales.
Las excusas se dirigieron a familias de víctimas de Bogotá y de la vecina población de Soacha y se dieron en la Plaza de Bolívar, en el centro político de la capital, en la que han protestado numerosas veces reclamando explicaciones sobre el paradero de sus hijos desaparecidos, algunos de ellos encontrados en fosas vestidos de guerrilleros.
“Sin perdón y sin olvido, ¿quién dio la orden?”, rezaba una pancarta en la plaza firmada por las Madres de Soacha, una organización conformada por madres, esposas y hermanas que exigen justicia y fueron las primeras en denunciar las ejecuciones extrajudiciales.
Los “falsos positivos”, como son conocidas esas ejecuciones, se convirtieron en el mayor cuestionamiento al Ejército colombiano, luego de que algunos de sus militares asesinaran a jóvenes para presentarlos como guerrilleros vencidos en combate para ganar recompensas.
El Tribunal de Paz calcula que la cifra de víctimas asciende a 6.402, la mayoría asesinados entre 2002 y 2008, periodo que coincide con la presidencia de Álvaro Uribe Vélez.
Clara Inés Méndez, vestida con una camiseta blanca con el nombre de su hijo Edward Benjamín Rincón, cuenta con voz quebrada que su hijo y su sobrino, Weimar Armando Castro, fueron engañados con la promesa de un trabajo y resultaron abatidos y vestidos con uniformes militares que simulaban que eran guerrilleros.
“De 60 tiros solamente perdieron dos tiros, el resto en la humanidad de mis hijos; ése es el trauma más grande”, recalcó Méndez a The Associated Press. Las excusas públicas, para ella, no resarcen el dolor que han vivido desde el 2004, cuando desaparecieron. “Bueno sería que viniera el presidente Uribe y pidiera perdón, eso sí fuera una reparación a las víctimas”, reclama Méndez.
Otras madres como Florinda Hernández, en defensa de su hijo Elkin Gustavo Verano, recalcaron durante el acto simbólico que no correspondía al actual ministro de Defensa, Iván Velásquez, haberlas resarcido, sino al expresidente Uribe y a Juan Manuel Santos, quien fue su ministro de Defensa en la época.
“¡Deberían estar dando la cara!”, reclamó Hernández visiblemente afectada, por lo que tuvo que ser atendida por los socorristas en la tarima.
Ambos líderes políticos se han pronunciado en el pasado sobre los falsos positivos.
Uribe ha dicho que nunca le dio a un soldado “mal ejemplo de palabra o de obra” y que no es culpa de quien exige resultados con “transparencia”, sino de quien para fingir resultados produce crímenes. Por su parte, Santos pidió disculpas públicas en 2021 a las víctimas y dijo que, si bien el objetivo de acabar con los falsos positivos “se logró”, le queda el “remordimiento y el hondo pesar” de que durante su ministerio muchas madres perdieron a sus hijos.
Óscar Ramírez, director de litigio de la Comisión Colombiana de Juristas que ha liderado casos de víctimas, aseguró a la AP que este acto de perdón se produce en su gran mayoría fruto de decisiones judiciales que le ordenaron al Estado pedir disculpas por las ejecuciones extrajudiciales.
“En otros momentos, el Estado negó su responsabilidad; hablaban de que eran ‘manzanas podridas’ en el Ejército y los jóvenes guerrilleros. A sus familias las tildaron injustamente y muchas terminaron en el exilio. Estamos en un cambio de postura, el Estado reconoce su participación”, agregó Ramírez.
El ministro Velásquez reiteró públicamente, para honrar la memoria de las víctimas, que ellos no eran guerrilleros ni estaban realizando ninguna acción delictiva.
Más tarde, en una alocución presidencial desde la Plaza de Bolívar, Petro pidió perdón en nombre del Estado por los “falsos positivos”, los que paradojicamente denunció años atrás como opositor.
“Se debe saber la verdad, el que oculta es tan cómplice como el que dispara. Tenemos que derrotar el ocultamiento y tenemos que trabajar en que salga a relucir la verdad”, aseguró ante las madres de las víctimas.