BRUSELAS, 23 (EUROPA PRESS)
"Los controles en la frontera interior repercute en el ejercicio de la libertad de circulación, el funcionamiento del mercado único y los vínculos socioeconómicos de las regiones transfronterizas", ha advertido la comisaria de Interior, Ylva Johansson, para pedir a los gobiernos que sigan la nueva recomendación que publica Bruselas con el objetivo de que esta vigilancia reforzada vuelva a ser una "medida de último recurso".
Actualmente, Francia, Dinamarca, Alemania, Austria y Suecia -además de Noruega, que no es miembro de la UE pero sí de Schengen-- mantenían controles constantes en sus pasos fronterizos dentro del área de libre movimiento, en algunos casos desde 2015, a pesar de que esta medida debe ser de último recurso y está limitada en el tiempo y a casos muy específicos.
El Ejecutivo comunitario defiende la necesidad de volver al normal funcionamiento Schengen y ha lanzado advertencias en distintas ocasiones a los países más reticentes a retirarlos, pero nunca ha llegado a expedientar a los incumplidores. En este contexto, el coordinador Schengen inició en primera una fase de consulta formal con estos países y los más afectados por esos controles, incluida España, de cuyo resultado surge ahora la última recomendación.
En el marco de dicha consulta, según recoge el documento del Ejecutivo comunitario, las autoridades españolas se han mostrado "satisfechas" con el nivel de cooperación policial transfronteriza "pero no con el nivel de cooperación en lo que a controles de la frontera interior y sus consecuencias".
Las autoridades españolas sostienen que las medidas de cooperación policial en la frontera no deberían centrarse en el control del permiso de estancia, pero las discusiones entre los dos países continúan para buscar un punto de entendimiento, señalan los servicios comunitarios.
En todo caso, la Comisión enumera ocho recomendaciones a todos los países de la Unión Europea para combatir riesgos como el terrorismo, las mafias que trafican con personas o la circulación no permitida sin que por ello se dañen las bases de Schengen.
Así las cosas, Bruselas aboga por una cooperación estructurada a todos los niveles y crear para ello puntos de contacto permanentes en todos los Estados miembro para garantizar una respuesta coordinada frente a amenazas contra el orden público o la seguridad interior.
También plantea el refuerzo de la capacidad de tomar medidas conjuntas --como análisis de riesgo y patrullas conjuntas transfronterizas--, una mayor cooperación policial en las fronteras interiores e intensificar las medidas de lucha contra el tráfico ilícito de migrantes, incluido con Europol, Eurojust y Frontex.
Además pide usar más los instrumentos que ya existen para agilizar las deportaciones y hacer así frente a los movimientos secundarios, así como reforzar la lucha contra el terrorismo transnacional y el crimen organizado.