La Organización de las Naciones Unidas ha reconocido por primera vez que la Franja de Gaza puede caer en situación de hambruna, el nivel más bajo de inseguridad alimentaria, si persiste el conflicto y la ayuda sigue sin entrar, ya que a día de hoy más del 90% de la población gazatí está al menos en lo que se considera un nivel de ‘crisis’.
Más de dos millones de personas pasan hambre a día de hoy, pero el informe que elaboran varias agencias de Naciones Unidas prevé que en el próximo mes y medio toda la ciudadanía gazatí, unos 2.2 millones, sufra inseguridad alimentaria.
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Actualmente, unas 378 mil personas están categorizadas dentro del nivel de ‘catástrofe’, pero si nada cambia en unas semanas serán ya más de medio millón.
El informe previene que, si no hay cambios profundos a corto plazo, se declare formalmente la hambruna en algún momento de los próximos seis meses, habida cuenta de que gran parte de la población ha agotado todos sus recursos y no existe forma alguna de obtener nuevos sustentos e incluso suministros de alimentación básica, como el pan.
La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, ha avisado en un comunicado de que “la situación es desesperada” y “nadie en Gaza está a salvo de morir de hambre. No podemos quedarnos parados y mirar cómo la gente se muerte de hambre.
Se necesita ya un acceso humanitario para que los suministros puedan entrar en Gaza y los civiles reciban una ayuda vital”, ha reclamado McCain, quien también ha señalado que, por encima de todo, “lo que necesitan es paz”, por lo que ha pedido a las partes un alto el fuego humanitario.
Las agencias humanitarias confían en una nueva tregua para aliviar en parte el sufrimiento de la población y piden además la apertura de nuevos pasos, después de que las autoridades de Israel hayan accedido a permitir la entrada de ayuda por el de Kerem Shalom, que se suma al de Rafá --dependiente de Egipto--.