El alcalde de Chilpancingo, Guerrero, Alejandro Arcos Catalán, asesinado el 6 de octubre, fue despedidos por familiares, amigos, funcionarios y políticos de varios partidos, quienes demandaron a las autoridades dar con los responsables del delito.
La misa de cuerpo presente para Arcos Catalán, que apenas llevaba una semana como presidente municipal, ocurrió en la iglesia de Santa Cruz, mientras que otras personas colocaron coronas de flores en la entrada del Palacio Municipal.
La exalcaldesa, Norma Otilia Hernández, acudió al funeral, pero entre los asistentes hubo manifestaciones e incluso le dijeron que ella “vendió” a Chilpancingo al crimen organizado, pues se reunió en un restaurante con un líder criminal.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, condenó el homicidio del alcalde priísta y afirmó que no habrá impunidad por este hecho, aunque en redes sociales le reclamaron que un día antes el alcalde solicitó protección para él y su familia por las amenazas que recibió.