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Tomas clandestinas de combustible delinean el ‘Triángulo del Huachicol’ en CDMX

Las alcaldías Tlalpan, Azcapotzalco y Venustiano Carranza son las más afectadas, con el 79.8% de los casos

Petróleos Mexicanos (Pemex) halló 169 tomas de huachicol en la Ciudad de México de 2018 a mayo de 2024, siendo las alcaldías Tlalpan, Azcapotzalco y Venustiano Carranza las más afectadas por el robo clandestino de combustible, pues –entre ellas– acaparan el 79.8% de los hurtos, lo que delinea la ruta del ‘Triángulo del Huachicol’ en la capital del país, uno de los negocios más lucrativos para el crimen organizado.

Información obtenida por Publimetro vía transparencia, revela que de 2018 al 31 de julio de 2024, Pemex recibió 161 denuncias por huachicoleo de combustible (denuncia que puede estar integrada por una o más tomas clandestinas), de las cuales, se aseguró un total de 545 mil 62 litros de gasolina, lo que equivale 13 millones 59 mil 685 pesos, tomando en cuenta que el precio del litro de gasolina regular está en 23.96 pesos.

Y es que 2018 fue el año con más tomas de huachicol detectadas con un total de 85 casos; de ahí, de 2019 a 2022, se mantuvo una tendencia de 15 localizaciones; no obstante, en 2023 se disparó un 140% las ubicaciones de las tomas clandestinas de combustible en comparación con 2022, con 36 casos, de los cuales se aseguraron 156 mil 919 litros de gasolina, el 28% del total de los litros confiscados en el sexenio.

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El ‘Triángulo del Huachicol’ inicia al norte de la capital, pues de acuerdo con información proporcionada a Publimetro por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) vía transparencia, la alcaldía Azcapotzalco es la demarcación en donde se ha detectado un mayor número de colonias afectadas: La Preciosa, Santa Lucía, Santa Inés, Industrial Vallejo, San Miguel Amantla, San Martín Xochinahuac, El Recreo, La Preciosa, San Mateo y Nueva Atzacoalco.

De ahí el camino sigue al sur, en la alcaldía Tlalpan, en donde –tan solo en 2018– Pemex descubrió 76 tomas clandestinas de combustible, la mayoría de ellas concentradas en una colonia - pueblo: Parres. Es una zona boscosa entre la Ciudad de México y Morelos, en donde en los últimos años ha sufrido de severas inundaciones y aumento de inseguridad, pues han abandonado cuerpos y sufrido por talamontes; debido a ella la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, instaló un cuartel de la Guardia Nacional en el pueblo.

El ‘Triángulo del Huachicol’ cierra en la alcaldía Venustiano Carranza, demarcación que fue muy afectada a mediados de este año por el robo de turbosina (combustible para uso exclusivo de aeronaves) debido a la cercanía con el AICM; de acuerdo con la Coordinación de Planes y Programas de Emergencia de la SGIRPC, en los seis años se detectaron 11 tomas de huachicol en las colonias: Progresista, Jardín Balbuena, 20 de Noviembre y Ampl. Venustiano Carranza.


Pemex reserva 5 años la información

Pesé a los datos aportados, Petróleos Mexicanos reservó por cinco años la información de las ubicaciones de donde se realiza el huachicoleo de combustible en la Ciudad de México, debido a que “causaría un serio perjuicio en cuanto a las acciones de seguridad en las instalaciones estratégicas de Pemex implementadas para prevenir, inhibir y combatir el robo de hidrocarburos, así como brindar seguridad a las personas”.

En la respuesta vía transparencia, Pemex aseveró que la información fue reservada porque los responsables del huachicoleo de combustible suelen ser –en la mayor parte de los casos– miembros de organizaciones criminales que han generado alianzas con los pobladores locales, quienes a cambio de una remuneración económica, se suman a dichas actividades delictivas, por lo que se estaría acotando el radio de búsqueda y localización de éstas, ya que muchas veces los ductos transitan por propiedades privadas

Reiteró que dar a conocer la información pondría en riesgo la vida del personal que lleva a cabo funciones operativas en el combate a este ilícito, quienes podrían quedar vulnerables a un ataque por parte de los integrantes de organizaciones criminales, ya que “se tienen registros de múltiples casos de agresiones por parte de pobladores al personal de la Subdirección de Salvaguardia Estratégica e inclusive al personal de las Fuerzas Armadas y corporaciones policiacas que participan en la prevención, inhibición y combate a los delitos relacionados con la Industria Petrolera”.


¿Cómo enfrentar el huachicoleo?

De acuerdo con la ONG, International Crisis Group, el Gobierno Federal debe enfrentar la colusión del huachicoleo de combustible entre funcionarios estatales y organizaciones criminales a través de procesos de vigilancia y auditoría externos a las instituciones estatales de energía y seguridad.

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Además de planes de mitigación de conflictos adaptados a las realidades específicas de las regiones violentas deben ofrecer alternativas legales a las economías ilícitas, proteger a los civiles mediante despliegues policiales o militares focalizados y apoyar a las instituciones locales de seguridad y justicia.

Indicó que el estado también debe desarrollar estrategias novedosas y más centradas en el desarrollo económico de las áreas con mayor violencia del país, con el fin de crear alternativas viables a las actividades ilícitas; aunado al desarrollo de planes de apoyo adaptados a estas regiones.

Estos planes tendrían en cuenta que las fuerzas de seguridad no se deben emplear únicamente para proteger los oleoductos, ya que éstos pueden ser intervenidos en otros lugares, y le darían una mayor prioridad a la protección de los civiles.

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Las 3 formas del huachicol

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De acuerdo con la ONG, el huachicoleo del combustible toma tres formas:

  • La primera y la más conocida implica abrir huecos en los ductos que transportan gasolina desde las refinerías hasta los principales puntos de distribución (lo que se conoce como “ordeñar ductos”), a menudo en colaboración con empleados de Pemex, quienes averiguan en qué momento se liberan los envíos de combustible
  • En la segunda, los huachicoleros (o ladrones de combustible) asaltan refinerías o secuestran carrotanques
  • En la tercera, utilizan un sistema de drenaje que desvía el combustible de los oleoductos a una red secreta de túneles donde pueden recogerlo posteriormente. Este último método es más laborioso que romper los ductos, pero también resulta más difícil de detectar
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