La tradición del Día de Muertos evolucionó con el paso del tiempo, desde sus raíces prehispánicas que causa la elaboración de la ofrenda, la influencia católica del Día de Todos los Santos para visitar el panteón y el estilo norteamericano con el popular “Trick or treat?” (¿Dulce o truco? en español).
Es por ello que el acto de pedir calaverita, donde los niños salen a las calles con sus disfraces y tocan las puertas para llenar de dulces su bolsa con la forma popular de una calabaza, posee diversas teorías.
Las tres posibles teorías en el origen de “pedir calaverita” en el Día de Muertos
Uno de los orígenes, más mexicano, se refiere a un niño huérfano de la época precolonial, quien debido a su pobreza se pintó la cara con el aspecto de una calavera y, de esta manera, recibir dinero o comida que podía depositar posteriormente en su ofrenda.
Otra de las teorías refleja el sincretismo (esto es, la combinación cultural) entre el Día de Muertos mexicano y el Halloween. Esta tradición norteamericana, de origen celta y después cristianizada, nació con las madres y niños de familias pobres pidiendo limosna, lo cual evolucionó en los infantes al presentar un truco a cambio de comida.
A la par, también se cuenta popularmente que los empleados de los hacendados pedían a los dueños algún donativo para dejar una ofrenda encima de la lápida de su familiar, dentro del panteón. Entre las tres teorías, ésta se acepta como la más común en la sociedad mexicana.
Esta tradición se ha mantenido entre las juventudes mexicanas cada año. Aunque no hay un día oficial, popularmente se tima el 1 de noviembre como el día para pedir calaverita, debido a que este día se dedica en honor a los niños difuntos.