Querétaro

Cuando una infancia se pierde en silencio

Columna Vivir Plenamente.

Algunos niños no tuvieron infancia.Tuvieron responsabilidades.Tuvieron que madurar antes de tiempo, cargar con emociones que no les correspondía, hacerse grandes cuando aún querían jugar.

Este fenómeno tiene nombre: parentificación. Se trata de cuando un niño o niña asume roles y cargas emocionales, económicas o de cuidado que deberían recaer en un adulto. Y aunque muchas veces se romaniza como “madurez” o “responsabilidad”, la verdad es que es una forma silenciosa de abandono emocional.

Según datos del INSTITUTO NACIONAL DE PSIQUIATRÍA, 3 de cada 10 niños en México han sido expuestos a dinámicas familiares donde asumen el papel de cuidadores, ya sea de sus hermanos, de sus padres o incluso del hogar. En Querétaro, un estudio de la Universidad Autónoma de Querétaro señaló que el 22% de los menores entrevistados entre 9 y 15 años dijo sentirse responsable del bienestar emocional de su familia.

Publicidad

La parentificación no siempre deja cicatrices visibles, pero sí heridas profundas: ansiedad, miedo constante al fracaso, culpa por descansar, y una tendencia a complacer para sentirse merecedores de afecto. Muchos de esos niños hoy son adultos funcionales… pero con un agotamiento emocional que no saben explicar.

¿Y cómo sanamos una infancia que no tuvimos?

Primero, reconociendo que merecemos algo distinto:Descanso sin culpa

Ternura sin condicionesVolver a imaginar sin miedo


Porque sanar también es permitirle al niño que fuiste volver a reír. Aunque sea poquito. Aunque sea hoy.

Hoy sabemos que el 70% del bienestar emocional en la adultez está ligado a las experiencias tempranas (Harvard University, Center on the Developing Child). Por eso, cuidar la infancia no solo es una responsabilidad social: es una apuesta por un futuro emocionalmente más sano.Este artículo no es solo para quienes vivieron eso. Es para todas. Porque quizá no puedes cambiar tu pasado, pero sí puedes construir un presente más amable contigo misma. Y si tienes hijas, hijos o estás cerca de niños, recuerda esto:Que vivan su infancia. Que jueguen. Que sueñen. Que no carguen lo que no les toca.

Porque una infancia respetada es la base de una adultez libre.

Síguenos en Google News:Google News

Contenido Patrocinado

Lo Último