¿Qué traen los nuevos comisarios europeos para las relaciones entre Europa y América Latina? Al parecer, muchos cambios. ¿Buenos o malos? DW recogió puntos de vista entre la política y la sociedad civil.En Bruselas asumirán pronto sus carteras nuevos “ministros” de la Unión Europea. Sobre todo los de Exteriores, los de ayuda humanitaria, los de comercio y los de desarrollo suelen tener que ver con América Latina y el Caribe. ¿Qué hay de nuevo para el siguiente lustro?
Lo primero, una fusión: una misma persona, Hadja Lahbib, asumirá Ayuda Humanitaria e Igualdad, la cartera que desde el 2019 se enfocó en eliminar la violencia de género y asegurar la equidad social y económica, un valor fundacional de la Unión Europea.
¿Esto es bueno o es malo? “Lamento mucho esta decisión. El hecho de que Igualdad fuera una cartera independiente nos costó mucho esfuerzo”, dijo a DW Udo Bullmann, eurodiputado por Alemania, especialista de larga data en asuntos de desarrollo y derechos humanos, económicos y sociales.
No obstante, “en el enfoque de la nueva comisaria, que en su campo de acción se mezcle medioambiente, seguridad interior, protección civil, ayuda humanitaria y asuntos de género aporta a estar mejor preparados”, agrega Bullmann.
¿Cómo se ve esta fusión de carteras desde la sociedad civil? “Mezclar Ayuda Humanitaria con Igualdad es difuminar unos elementos que la primera comisión de Ursula von der Leyen propuso como centrales”, respondió a DW Hernán Sáenz, coordinador para las relaciones entre la UE y América Latina y el Caribe de Oxfam International. “Esta decisión es una foto de las familias políticas que habitan en el Consejo Europeo en este momento, donde la igualdad de género no será prioridad en este mandato”, puntualiza Sáenz.
¿Apoyará la UE los temas clave?
No es de extrañar que los acuerdos con América Latina estén presentes en la agenda del futuro comisario de Comercio, el eslovaco Maroš Šefčovic. Omnipresente es el que aún no acaba de cuajar con los países del Mercosur. Se asegura que “será justo”.
Mención a estos acuerdos se hace también en la declaración de intenciones de la futura Alta Representante de la Política Exterior y de Defensa, Kaja Kallas, de origen estonio. Tanto el acuerdo con Chile como el de Mercosur se mencionan. ¿Nada más? “Está claro que su prioridad será Rusia y Ucrania. Kaja Kallas no es Josep Borrell, que con sus altos y sus bajos, llevaba dentro a América Latina e impulsó fuertemente la agenda latinoamericana y caribeña”, sigue el especialista de Oxfam.
Con vistas a la Cumbre UE-CELAC en Bogotá (segundo semestre 2025), ¿cabría esperar algún cambio en el enfoque birregional? “La situación en el norte del planeta ha cambiado, pero en el sur también”, responde Hernán Sáenz. “Por eso, desde la sociedad civil nos preguntamos si la Unión Europea será empática apoyando temas como fiscalidad global y el problema de la deuda; cómo gestionará el Pacto Birregional por el Cuidado y la conferencia sobre la financiación al desarrollo que tendrá lugar en Sevilla, No puede llegar a estos espacios solamente con una oferta que se llama Global Gateway”, subraya.
La controvertida apuesta por las inversiones del Global Gateway
El Global Gateway es la gran apuesta geopolítica de Bruselas para contrarrestar la presencia de “otros actores” y otras inversiones en la región. “Es un concepto complejo que se orienta al éxito económico; es una invitación a nuestros socios a crear una agenda conjunta de inversiones”, explica Udo Bullmann.
Cabe recordar que el origen de esta cartera es la ayuda al desarrollo, que en la actualidad se debe regir por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU. El Global Gateway está planteado como una combinación de fondos de desarrollo, préstamos y mucha inversión privada.
Se trata de crear proyectos de infraestructura que permitan la transición verde europea. La extracción de materias primas y la generación de hidrógeno verde encabezan la lista de proyectos en marcha. “Diversos estudios ponen en duda que, tal como está planteado, cumpla con el objetivo primordial de los ODS que es la lucha contra la desigualdad”, enfatiza Bullmann.
Pero para ello, el as en la manga del futuro comisario para Asociaciones Internacionales, Jozef Síkela, de origen checo, será, según lo anunció esta semana, el “Indicador de desigualdad”. Éste, un logro de la comisaria saliente, puede medir caso por caso si los proyectos favorecen al 40 por ciento más vulnerable de la pirámide económica de un país socio.
Aunque para los más críticos, este indicador pone un listón muy bajo, Udo Bullmann contextualiza y cierra el círculo. “Con ese indicador podemos medir si las cuotas de género, también si la electricidad que se va a generar, va a permitir a las clínicas operar. O si el transporte sustentable no une solamente los centros urbanos con barrios exquisitos”, afirma el político alemán, asegurando que el Parlamento Europeo va a velar porque así sea.
¿Por qué no medir el impacto de estas inversiones en la biodiversidad o en la corrupción? “Estoy muy a favor de medir la calidad de nuestras acciones.No obstante, usar más indicadores, implicaría que no usaran ninguno”, responde Bulmann. “El futuro comisario Síkela ha prometido cuantificar”, apunta Udo Bullman, confiando en la experiencia en la banca de Síkela.
En un momento en que el multilateralismo hace aguas, ¿no es de subrayar que en Bruselas se siga mencionando el desarrollo sostenible, la igualdad de género y los derechos humanos? “Es como un oasis, sí”, afirma Sáenz. “Pero se está haciendo cada vez más pequeño y tiene menos palmeras”.
Por su parte, Udo Bullmann advierte a la nueva Comisión de optar por un “capitalismo extractivista neocolonial”. “Por decenios cometimos el error de mirar solamente hacia China y dejar relegada a América Latina. Admitido este error, no podemos cometer el siguiente: no tener en cuenta las necesidades de los socios en donde vemos nuestro interés en las materias primas críticas”, añade, apuntando a que, para luchar contra la desigualdad, tanto social como de género, son fundamentales planes y carteras que prevean por ejemplo, incluir a mujeres y niñas incluir en la educación y en la economía.
(cp)